Por Milton Olivo
El autor es empresario y presidente del Partido Quisqueya Potencia –PQP-.
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¿De qué se trata? Tiene que ver con la apariencia, la realidad y lo trascendente de la naturaleza de las ejecutorias del presente gobierno y su presidente. ¿Cómo así? Para entenderlo tenemos que situarnos en una línea de tiempo donde visualicemos; La política macroeconómica Leonelista, los dogmas de los dos más grande profetas macroeconómicos modernos; Jhon Maynard keynes y Joseh A. Schupenter y la innovación como el principal agente de cambio de este siglo.
Al mirar la política macroeconómica de los últimos dos pasados periodos de gobierno, podemos colegir que la búsqueda de la estabilidad macroeconómica como gran legado, ha sido establecida sobre dos columnas nefastas; el endeudamiento externo y la creación de impuestos.
Cuyos resultados sufrimos en el presente con; incremento de la deuda externa, incremento del monto en el presupuesto asignado al pago de intereses, mas reformas fiscales para elevar impuestos, concentración de las riquezas, pésimas redistribución y enriquecimiento de los grupos de poder al canalizar los préstamos a megaproyectos, que algún día cuando se investigue se determinará la sobrevaluación e innúmeros casos.
Jhon Maynard Keynes, una de las columnas de su filosofía macroeconómica se sustenta en generar respuestas en cómo se puede mantener una economía en equilibrio y estabilidad.
Era un convencido de que la “economía simbólica” del dinero y el crédito son reales y los productos y servicios dependen de ella. Y que en los fenómenos económicos; la formación del capital, la productividad y la creación de empleos, son resultante de la demanda. Y que los hechos monetarios –déficit estatales, tasa de interés, volumen de crédito y volumen de dinero en circulación- determinan la demanda y con ella las condiciones económicas. Señalando que la velocidad del movimiento del dinero es constante y no es susceptible de ser cambiada en el corto plazo por individuos o firmas.
Joseh A. Schupenter, por su parte, señaló que todas las evidencias niegan esta suposición, porque cada vez que se ensayaron las políticas económicas keynesianas fueron derrotadas por la microeconomía de las empresas y los individuos de manera imprevista y sin aviso, cambiando la velocidad de movimiento del dinero casi de la noche a la mañana.
De esas dos tesis, de los más grandes teóricos de las Ciencias Económicas moderna, asumiendo que M. friedman es un Keynesiano moderno, es donde aparece refulgente el meta mensaje del presidente Medina y sus ejecutorias desarrollistas de fines de semana contrariando la política macroeconómica establecida en los últimos 10 años.
Usted se preguntará; ¿Porque si el presidente tiene una visión más acorde con los postulados de Joseh A. Schupenter, porque mantiene en sus cargos los mismos funcionarios ideólogos de la política macroeconómica de que somos víctimas y que son contraria a su visión desarrollista?
El sector empresarial – representado y determinante en la Junta Monetaria- es vital en una sociedad, son los generadores de empleos y riquezas. Y ahí entra el tacto de un verdadero estadista; inducir las transformaciones y la concientización de una reorientación estratégica sin colisionar con los sectores establecidos, que tienen capacidad de torpedear los objetivos y el mejor ejemplo es el caso venezolano. Creando las condiciones para que ellos tomen conciencia de que es lo conveniente y no que se sientan empujados.
Además, hay un elemento anómalo y determinante. El déficit fiscal que recibió el presidente. Que lo obliga a buscar oxigeno financiero en los mercados internacionales para poder responder a las demandas sociales. Y quienes mejor que aquellos que tienen años haciéndolo, al mismo tiempo que con el ejemplo de sus ejecutoria de fin de semana marca la debida reorientación.
Orientación, que no es otra que la construcción de un aparato productivo nacional alternativo y de base, que compense el destruido aparato productivo heredado de la dictadura desmantelado por Leonel Fernández.
Otro elemento vital con lo cual viene insistiendo el presidente es la necesidad de elevar los salarios, como forma de elevar el circulante, la demanda, el consumo , el movimiento de capital, mejorar el clima de negocio y elevar el nivel de bienestar en la población.
En ocasiones los grupos de interés establecido. Respondiendo a criterios conservadores, sin quererlo, causado por miopías de criterios determinada por la fuerza de la costumbre, conspirar contra si mismos.
La pregunta del millón de peso es: ¿Estará siendo interpretado –por aquellos a quienes envía su menta mensaje- correctamente el presidente Danilo Medina?