El ocho de febrero del 1822 el presidente haitiano Jean-Pierre Boyer ocupó sin violencia la capital de lo que se conoció por un tiempo como “República de Haití Español”, y se declaró bajo la protección de la República Bolivariana como un esfuerzo por quitarse a los vecinos de encima.
Es obvio que los líderes criollos que pusieron fin a la presencia de los españoles en el país en diciembre de 1821, no tenían una idea clara de lo que aspiraban, si se tiene cuenta ese absurdo de “Haití Español”.
Con ese nombre de “Haití Español” sólo causaría hilaridad en las escasas cancillerías de la época, porque el nombre de “Haití”, fue decidido por Jean Jacques Dessalines para honrar a los aborígenes que llamaban así a la isla y que significaba en su lenguaje “Tierra alta y montañosa”. Y todo el mundo sabe que Haití nació de una lucha larga y sin cuartel contra la esclavitud de los negros traídos de Africa por colonizadores franceses. Era el estilo de la época.
La anunciada independencia del Este, como decían los haitianos, fue música para los oídos de Boyer que para entonces tenía apenas dos años en el gobierno que heredó de Petión y meditaba sobre como generaría un plan para comprarle a Francia el reconocimiento de la Independencia de Haití.
Reflexionó sobre la oportunidad que se le presenta y dio rienda suelta a un criterio nacido del traspaso de la parte Este de la isla de España a Francia en 1895, como resultado de la negociación de la paz entre ambos.
La lógica haitiana de la época -aún antes de la Independencia de ese país- era que lo que fuera de Francia era suyo por haber derrotado al poder colonialista.
Siguiendo ese principio es que Toussaint Louverture
ocupa en el 1801 la parte oriental de la isla. Y siempre he dicho que el secuestro del héroe haitiano por Napoleón quien ordenó encarcelarlo -1802- y dejarlo morir en Le Joux, un cárcel francesa-1803- fue un hecho milagroso para que eventualmente se produjera nuestra independencia. Si Loverture no muere, la independencia dominicana jamas se hubiese producido.
Toussaint tenía la visión clara de lo que significaba el Estado y la necesidad de no utilizar la violencia cuando no fuera absolutamente necesario.
Y por esa vía es que ya finalizando el gobierno de Boyer –hacia el 1840- que pudo generar un movimiento de las característica de La Trinitaria, de Duarte, para embrionar y cristalizar el movimiento del 27 de Febrero de 1844.
Fue un lapso de 22 años de dominio hermético de la isla por parte del gobierno de Boyer, y sólo un general Jeffrad, le advirtió de la imprudencia de la acción de armas contra el Este, indicándole que el carácter de la población del Este no asimilaría nunca la cultura haitiana y que en una generación se levantaría ese pueblo para ser independiente”. Fue profético.
Dos hechos históricos en Haití operaron como pivotes para que se produjera la independencia ideada por Duarte y estructurada por casi todos los sectores de la sociedad de entonces: El secuestro de Tousseint -1802-y la rebelión de Praslin -1840- contra Boyer, en el suroeste del país.
Toussaint era el único líder haitiano con formación intelectual y además, especialmente inteligente, y su gestión sería dilatada en el Este si es que no se produce la invasión de Leclerc en 1801. Fue Leclerc quien sacó a Tousseint de Haití y lo envió a París, Francia, cumpliendo instrucciones del mismo Napoleón quien no sólo estaba interesado en reinstalar la esclavitud en Haití, sino también utilizar ese lugar para fortalecer el territorio francés para entonces de La Luisiana.
Como los haitianos destruyeron al ejército napoleónico ayudado por la casualidad de la fiebre tifoidea, Napoleón perdió el entusiasmo por la Luisiana, actualmente territorio norteamericano, y luego le vendió el lugar a Washington por la insignificancia de 5 millones de dólares de la época.
Desaparecido Tousseint el general que asumió la jefatura del ejército independentista fue Dessalines quién, a su vez, fue víctima de un atentado que le costó la vida a la salida de Puerto Príncipe en octubre de 1806. Al asumir el general Alexander Petión la jefatura del gobierno hasta su muerte en 1918, fue Boyer –su secretario- quien se las ingenió para asumir la Presidencia.
Y tuvo tanta suerte Boyer –famoso por su cinismo- que al morir Petión y heredarlo también, murió el general Christophe y ocupó el norte haitiano con una operación sorpresiva y consolidó el país, pero casi al mismo tiempo en términos históricos, se produce lo que nosotros conocemos como la “Independencia Efímera” , y su visión de oportunista lo lleva a ocupar el Este. Fue el único líder antillano que gobernó toda la isla hasta el 1842, veinte largos años.
Como sus reformas en la agricultura, la educación no dieron gran resultado, su régimen se debilitó y surgió la generación de intelectuales de Praslin, en el brazo suroeste del país y eran jóvenes, muy educados y ambiciosos, con ideas muy reformadoras y mulatos como el mismo Boyer.
Esa rebeldía generó un movimiento que finalmente liquidó al viejo régimen y vino una nueva etapa en ese país, hendija por la que entró el movimiento dominicano, dirigido por Duarte, para gerenciar lo que hoy conocemos como República Dominicana.
La dialéctica de la vida ofrece oportunidades, la diferencia está entre quienes saben aprovecharlas y quienes no. Por eso hoy, somos orgullosamente dominicanos.
Los haitianos nunca han perdido el apetito por el Este, la República Dominicana, pero ahora la ocupación es intensa y pacífica, diciéndole por ahora “Adios a las armas”.