Debe reconfortar la noticia, según una encuesta del Instituto de Estudios Caribeños (INEC), de que la mayoría de dominicanos y dominicanas prefiere el merengue de Juan Luís Guerra, junto al de Johnny Ventura y Fernando Villalona, por encima de la basura musical que tratan de meternos por las narices más que por los oídos, las casas disqueras, que en nuestro país vienen operando al estilo performance rights organization.
Debe reconfortar la noticia, según una encuesta del Instituto de Estudios Caribeños (INEC), de que la mayoría de dominicanos y dominicanas prefiere el merengue de Juan Luís Guerra, junto al de Johnny Ventura y Fernando Villalona, por encima de la basura musical que tratan de meternos por las narices más que por los oídos, las casas disqueras, que en nuestro país vienen operando al estilo performance rights organization.
Que cerca de un 75 por ciento de los encuestados se inclinen por la música que nos ofrecen estos artistas y un porcentaje mayor por el merengue decente y tradicional, es un hecho más que alentador desde la óptica de la cultura y la sana diversión.
Ello demuestra, que una cosa es la percepción que se tiene a simple vista, fruto de la rutina fantasmal, y otra, lo que piensa la generalidad de la gente hacia el interior de su gusto y su conciencia. La encuesta de INEC, bajo la dirección certera y sobria del amigo Darío Tejeda, así nos lo revela, con 38. 9 por de la población que prefiere el merengue de Juan Luis Guerra, seguido de Johnny Ventura, con 20.5 y de Fernando Villalona, con un 15.4.
Lo interesante sería conocer la percepción real de la preferencia que al día de hoy, tiene la gente de toda la música de Guerra, en la que además del Merengue se destaca la Bachata.
Lo cierto es que sobre Juan Luis Guerra, como todos los grandes exponentes de las letras, la música y el arte, hay mucho de que hablar, y se sabe que este singular artista, poeta, compositor y cantante, desde mucho antes de su primer premio Grammy (*) por su álbum "Bachata Rosa", está pagando el precio de su celebridad. Se ha llegado incluso, a acusársele varias veces de plagio, lo que no es extraño en artista de su nivel, ya que acusaciones similares y repetidas han recaídos en celebridades como el exBeatle George Harrison y Gabriel García Márquez, como oportunamente veremos.
A Juan Luis, los fabuladores le atribuyen algunas travesuras en serie que no son más que la distorsión de las propias palabras del artista, como la de inspirarse en versos de Pablo Neruda (1904-1973) (*) y de Federico García Lorca (1898-1936) , arreglar temas de otros músicos y de otras culturas musicales, y rememorar en muchas de sus composiciones, la polifonía vocal y los contrapunteos de los Beatles y Manhattan Transfer , como él mismo ha confesado. Inclusive, una periodista francesa, de nombre Daisann McLane en un artículo de la mundialmente famosa revista Rolliing Stone , emitió no hace mucho, críticas muy desentonadas contra Juan Luis Guerra, a quien acusó de adaptar a su estilo y al merengue, temas musicales de otras tradiciones como
"El Costo de la Vida", donde transforma un ritmo "soukous" de su colaborador zaireño y virtuoso de la "guitarra" Diblo Dibala (* ) y lo acomoda al diseño de la música dominicana. McLane centralizó sus ataques en Areito uno de los álbumes de Guerra de mayor recreación internacional y de otras culturas musicales, del que dice: " sufre del síndrome de la continuación", aunque en éste "han desaparecido las canciones de amor impecables, de corte beatlemano, el encandilamiento de temas bailables y la vaporosa poesía que mantuvieron a Bachata Rosa a la cabeza de las listas de favoritas del Billboard latino durante varios años".
La periodista francesa describía a Guerra como " un genio de los arreglos, adepto a asimilar e inspirar vida nueva en los ritmos y música suya y de otras culturas". Y concluía en que "Areito es una cauta secuela de esa línea musical, pero Guerra es tan talentoso que incluso sus patrones arrendados muchas veces vale la pena escucharlos".
Areito es la producción que mayores críticas y dificultades ha causado a Juan Luis. Del vecino Haití le vino la acusación -como por arte de magia dahomeyana, de que había plagiado el tema "Naboria Daca Mayanimacana", el cual, según el periódico "Le Martin", de Puerto Príncipe, le había sido copiado al músico de ese país Nemours Jean Baptiste. El tema es un homenaje de Guerra a la raza indígena brutalmente exterminada. La frase que le sirve de título es una evocación de piedad e impotencia que significa "no me mates, soy tu siervo", que supuestamente utilizaban Los Taínos de Santo Domingo y Cuba ante la amenaza de muerte que les hacían sus amos españoles.
Legítimamente celoso con su bien ganada reputación, Juan Luis se apresuró a desmentir la acusación, reivindicando como suyo el tema con alegatos serios "fruto de mis investigaciones en la República Dominicana" y elaborado con la asesoría del antropólogo y erudito criollo Marcio Veloz Maggiolo (1936) . Declaró que todo se debió a una confusión debido a que el merengue "Mal de Amor", (Hay una vieja canción dominicana con ese mismo título) cuya composición original sí es de Baptiste, no salió con los créditos correspondientes en el brochure de la primera edición del álbum.
El tema aparece como parte del folklore que como se sabe es de creación anónima. Sin embargo, se supo que en procura de amainar los efectos que situaciones como esas generan, y evitar desatinos como los de Madame McLan, el representante de Guerra en Santo Domingo, el dueño de Karen Records, Bienvenido Rodríguez, un sujeto con mucho vuelo en el negocio, viajó pianito a la capital haitiana, no se sabe si a entenderse con Baptiste o en busca de un " Baulá" de los que abundan en ese horroroso "Reino de este Mundo" , para que le descifrara el sortilegio.