A la revelación de que la CIA cuenta con cárceles en Europa, se sumó este viernes que también cuenta con centros antiterroristas en unos veinte países del viejo continente y Asia, lo que hará más controversial la política exterior del presidente George Busch, colocado en una situación difícil en los últimos meses por las presiones que recibe de sus propios conciudadanos y el Congreso para que retire las tropas de Irak.
AGENCIAS
La CIA ha establecido, junto a los servicios secretos de más de una veintena de países de Europa, Oriente Próximo y Asia, una red de centros secretos para la lucha contra el terrorismo, según desvela en su edición de hoy el diario hoy The Washington Post. De acuerdo con esta información, estos organismos deciden cuándo y cómo detener sospechosos y también sobre su traslado a otros países para ser interrogados.
El Post, que asegura haber contrastado la información con una docena de agentes estadounidenses, otros tantos responsables de servicios de inteligencia extranjeros y fuentes diplomáticas y legislativas, señala que la red tiene un centro multinacional en París en el que hay representantes de Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá y Australia. Además, ofrece detalles sobre sus operaciones en países asiáticos como Yemen o Indonesia.
La CIA está “buscando desesperadamente” formas para unir fuerzas con otros Gobiernos en la lucha contra Al Qaeda y otros grupos terroristas, indica el diario. Fruto de ese empeño, estos Centros de Inteligencia Antiterrorista (CTIC, por sus siglas en inglés) están detrás de la práctica totalidad de las detenciones de sospechosos de terrorismo desde el 11-S (sin tener en cuenta las efectuadas en Irak): unas 3.000.
Dinero y tecnología
La red está financiada por la agencia estadounidense que ha puesto al servicio de estos centros la mejor tecnología de que disponen los servicios de inteligencia de EE UU, incluidos equipos de comunicaciones seguros, ordenadores conectados con las bases de datos centrales de la CIA y acceso a información clasificada sólo compartida con los aliados occidentales más próximos.
El periódico destaca que la red no es ilegal sino que se enmarca en la cooperación entre servicios de inteligencia, pieza clave en la política exterior durante décadas. Tampoco está vinculada, dice el diario, con las cárceles secretas que EE UU ha establecido en ocho países incluyendo Tailandia, Afganistán y varios de Europa oriental. Pero las detenciones sin cargos y las deportaciones sin autorización judicial a que se refiere el Post violan toda la legislación vigente sobre Derechos Humanos.
Origen en el narcotráfico
Estos CTIC tienen su origen, explica el diario, en los centros de la lucha contra el narcotráfico que se crearon en Latinoamérica y Asia en los años 80. Siguiendo este modelo, la CIA creó los dos primeros centros anti terroristas en los 90 para vigilar y capturar los islamistas que viajaban desde Arabia Saudí, Yemen, Egipto y Chechenia para luchar en Bosnia.
Tras el 11-S, el entonces responsable de la agencia de espionaje, George Tenet, diseñó una campaña mundial contra el terrorismo que incluía invadir Afganistán para destruir la base operativa de Al Qaeda y una serie de operaciones en otros 80 países. El 17 de septiembre de 2001, seis días después de los atentados de Nueva York y Washington, el presidente George W. Bush firmó un documento secreto que autorizaba un abanico de operaciones cuya amplitud no tenía precedentes.
En este contexto, para cubrir las nuevas necesidades, la CIA desplegó una amplia red de agentes por Europa, Oriente Próximo y Asia, revela el Post. Además, amplió la pequeña División de Actividades Especiales con equipos paramilitares y dio orden de que se aumentaran los efectivos de las Fuerzas de Operaciones Especiales.