Acompañado sólo por un médico de guardia y tras un mes de una esperpéntica agonía, moría un día como hoy hace 30 años en una cama de la madrileña residencia sanitaria de La Paz el general Francisco Franco Bahamonde, quien había regido con una implacable mano de hierro los destinos de una España que en esa mañana recibía su fallecimiento con una mezcla de incertidumbre y esperanza.
El paro cardíaco que anunciaba el electrocardiograma de la habitación de La Paz suponía el fin en todos los sentidos de una dictadura unipersonal de 36 años llegada al poder tras una cruenta guerra civil, seguida de una cruel represión que diezmó a sus enemigos, y del establecimiento de un sistema autocrático que aseguró "40 años de paz" bajo la tutela del Caudillo.
No en vano, casi siete horas después de producirse el fallecimiento y tras poner en marcha un estricto operativo de seguridad en todo el país llamado Operación Lucero, el último presidente de gobierno nombrado por Franco, Carlos Arias Navarro, declaraba en su alocución oficial que en esas horas España sentía "la angustia infinita de su orfandad' Españoles: Franco ha muerto", empezaba el ojeroso Arias su intervención ante las cámaras de Televisión Española a las 10 de la mañana, vestido de luto, con una voz entrecortada y llorosa.A continuación pasó a leer el testamento político de Franco, que el mismo general había redactado de puño y letra 31 días antes en su despacho del Palacio de El Pardo.
El texto pedía "perdón a todos, como de cuanto corazón perdono a los que se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales"."Creo y deseo no haber tenido otros [enemigos] que aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida, que ya sé próximo", agregó el mensaje.
Luego, tras agradecer a los que colaboraron en la construcción de una "Patria unida, grande y libre", solicitaba que se mostrara el mismo "afecto y lealtad" al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, a quien el mismo Franco había designado en 1969 como su sucesor."Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte: ¡Arriba España!, ¡Viva España!", concluyó leyendo Arias, casi ininteligiblemente por los sollozos.El parte médico oficial de la muerte describe un complicado cuadro: Parkinson, cardiopatía con infarto agudo de miocardio, úlceras masivas reiteradas, peritonitis, fracaso renal agudo, tromboflebitis, bronconeumonía, choque endotóxico y paro cardíaca.En resumen, según aclararon posteriormente miembros del llamado "equipo médico habitual", un fallo completo de los órganos vitales de un anciano de 83 años.Franco deja a su muerte un régimen dictatorial sin futuro en la Europa Occidental de finales del siglo XX, en un país lejos de esa sociedad pobre, atrasada y eminentemente agrícola que era España en la década de 1930.
La prosperidad de los años 60 ha integrado al país a la economía industrial occidental; y ha creado una clase media y una incipiente sociedad de consumo que en una generación ha pasado de la alpargata al automóvil y la cual parece sólo esperar la muerte del dictador para abrir un nuevo capítulo.La larga agonía de Franco, y del franquismo, se inicia probablemente el 1ro. de octubre, durante la última comparecencia pública del general el día que se cumple el XXXVI aniversario de su ascensión a la Jefatura del Estado.
Días antes, en desafío a la opinión pública internacional que le pide un perdón, el régimen fusila en diferentes puntos del país a tres terroristas del ultraizquierdista Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) y dos de la organización independentista vasca ETA.La noticia de los fusilamientos provoca grandes manifestaciones de rechazo en toda Europa, incluso del Vaticano, y se llegan a producir asaltos a dependencias españolas en el extranjero.
En respuesta, ese 1ro. de octubre y como en las viejas ocasiones en que el régimen se ha sentido amenazado en el exterior, cientos de miles de personas abarrotan la Plaza de Oriente cantando el himno falangista "Cara Al Sol" y gritos de "¡Franco, Franco, Franco!"Un Generalísimo emocionado les dirige unas palabras con voz temblorosa, en las que les agradece esa "serena y viril manifestación pública". Más importante, en ese gélido día de octubre, Franco coge un poco de frío.El 12 de octubre se le diagnostica una gripe, que en los días posteriores va escalando a una insuficiencia coronaria.
Franco celebra su último Consejo de Ministros con electrodos en el pecho y médicos siguiendo las oscilaciones de su corazón en una habitación contigua.Su situación se complica con una peritonitis y una hemorragia interna que el 3 de noviembre obliga a practicarle una improvisada operación de urgencia en la sala del botiquín del Regimiento de Guardia de El Pardo.
Al cabo de cuatro días es trasladado a La Paz, de donde saldrá cadáver.En un ambiente tranquilo, ante lo que para la oposición democrática es la puerta al inevitable advenimiento de la democracia, se realizan en Madrid las multitudinarias exequias fúnebres del fallecido, que viste uniforme de Capitán General de los Ejércitos.
El 23 de noviembre es enterrado bajo una losa de granito en El Valle de los Caídos.Un día antes, en las Cortes y de acuerdo con las leyes de sucesión del régimen, se proclama al hasta entonces príncipe Juan Carlos como Rey de España. La transición ha empezado.