Si algo le adeuda la industria cosmética de República Dominicana al empresario José Almonte es su tenacidad -y hasta osadía- en fundar y dar vida a una de las factorías de belleza más pujantes: Laboratorios Noruel.Y es que Almonte ha sido un hombre emprendedor, que con buen tino supo evolucionar de un simple vendedor a un próspero empresario de la cosmética dominicana. Laboratorios Noruel surgió hace 22 años y los resultados ya pasaron de los sueños, de lo intangible, a la realidad: más de dos mil productos en el mercado nacional y una presencia de éstos en los "supply: de la región del Caribe, Centroamérica y Estados Unidos.Década de oro"Laboratorios Noruel surge de la iniciativa de dos amigos, un químico, Rafael Frías, y una persona que conocía el mercado, yo. Cuando inicié con este negocio ya conocía el país", relata Almonte.Recuerda que fue en el año 1983, específicamente en junio, cuando salió a la venta la primera marca gestada en el laboratorio, que para ese entonces -y como ahora- estaba plagado de buenas ideas: Claret. Dos años después… ¡la fórmula mágica!, surge BPT. "Esta fue la línea que realmente nos impulsó y nos dio a conocer en el mercado, de tal forma que BPT se conocía más que Noruel", explica. Para 1986 surge una nueva idea: educar al peluquero y a la peluquera. "Yo pienso que cuando tú vas a un mercado no solamente debes ir a ganar dinero, a vender un producto, también tener la meta de aportar algo", agrega.Cuando habla de la industria cosmética, Almonte lo hace convencido de lo que significa en la economía mundial, en la que ocupa el tercer lugar. Y asegura que de la misma forma en que se proyecta un país con deportistas, también se puede proyectar con grandes peluqueros alrededor del mundo.Hacia otras tierrasSegún Almonte, el despegue de Noruel comienza en 1986: se realiza una gran feria de dos días en el hotel Lina. "Allí se reunieron 1, 500 personas y fue realmente como la máquina que nos impulsó y proyectó hasta en el ámbito internacional".Tres grandes festivales consolidarían más a Noruel. En 1992, como una manera de celebrar el encuentro de dos mundos, la factoría se propuso invitar al famoso peluquero Luis Llongueras, que aceptó la invitación. "Para mí Llongueras es el padre de la peluquería", señala Almonte.En 1995 inició la escuela Pívot Point, que en la actualidad es una universidad de cosmetología donde peluqueros y peluqueras graduados hacen maestrías en un sistema que impulsa su creatividad y les proporciona las herramientas para sus diseños.Entregado al mercadoLa clave del éxito de Noruel -agrega Almonte- es que se ha dado mucho al mercado. "Nosotros siempre estamos investigando cuál es la necesidad del mercado, qué es lo que exige el consumidor final y esa es una de las partes más importantes para nosotros", sostiene.Esas investigaciones son el soporte de la calidad de la línea de productos BPT, por ejemplo, en la rama de los alisados han realizado más de 500 experimentos para lograr una cabellera natural a través de ese proceso químico. Un exportador importanteAlmonte no sólo se preocupa por el mercado nacional, sino que exporta grandes volúmenes. Para el desafío que representa el Tratado de Libre Comercio (TLC) responde que está preparado.Y es que antes de que las fronteras comerciales de los mercados de Centroamérica y Estados Unidos queden abiertas con el acuerdo, Laboratorios Noruel hace tiempo que exporta sus productos. "Estamos colocando nuestros productos en el Caribe, en Venezuela, Haití y Panamá. Diligenciamos entrar a Brasil. Estoy haciendo contacto con México, y en Estados Unidos estamos en Miami, New Jersey New York, Washington, Pensilvania, Boston y otros estados".Los productos de Laboratorios Noruel se fabrican con los estándares de Estados Unidos. "Por eso Noruel puede dar el banderazo de ser la única compañía en República Dominicana que nunca le han devuelto un producto".Cuando se le pregunta si Noruel es la número uno en el mercado, Almonte se muestra cauto: "No, no se puede decir eso, porque hay competencia, tú compites con diferentes productos, con diferentes compañías. Tenemos una participación bastante importante".Asesoría de la mano con la educaciónNoruel no sólo fabrica productos cosméticos, en el norte de Almonte también figura el desarrollo de un programa de asesoría y educación dirigido hacia las empresas de peluquería. "Lo hacemos con la mira de educar, de preparar más a esa microempresa que es el salón de belleza". En este orden, más allá de las técnicas de corte y aplicación de color, también imparten cursos de administración de recursos humanos y negocios.Para ampliar ese proyecto Laboratorios Noruel ha firmado un acuerdo con el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), que establece que la escuela Pivot Point se encargaría de instruir sobre el área de cosmetología y la Universidad en administración a las microempresarias."Esta interesante fórmula surge de una visita que tenía el objeto de apoyar un programa de becas, pero de nuestra conversación surgen los lineamientos para que la estética, cosmetología y estilismo sean una profesión". En el horizonte educativo que señala la empresa se vislumbra la escuela Pivot Point y la Academia Miss Key, en Santo Domingo, y un importante centro en Santiago de los Caballeros. "En un futuro tenemos el plan de crear más escuelas, alianzas o franquicias", expresa Almonte. Informa que se ampliarán los centros de formación básica que cuentan con la autorización de la Secretaría de Estado de Educación, que otorga los títulos.