El Día Mundial del SIDA dejó en evidencia desacuerdos sobre métodos para frenar la epidemia. Entre las visiones encontradas, se destacan la del gobierno de Estados Unidos, que reivindicó la abstinencia, y la de la Unión Europea (UE), que se manifestó a favor del uso del condón. El director del programa de SIDA de las Naciones Unidas, Peter Piot, recordó a la comunidad internacional que se necesita un gran esfuerzo para controlar la epidemia.
Añadió que hay que abordar problemas de fondo asociados con el contagio del VIH, como las desigualdades de género y de ingresos.
UE a favor de métodos "efectivos"
El presidente estadounidense, George Bush, dijo que su gobierno trabaja en políticas que "enfatizan la abstinencia, la fidelidad en el matrimonio y el uso de condones correctamente".
Bush dijo, además, que se aportarán fondos a organizaciones religiosas para proyectos de lucha contra el SIDA.
La UE emitió un comunicado en el que remarcó la importancia del uso del preservativo y señaló que para frenar la epidemia era necesario tener el coraje para emplear los métodos reconocidos como efectivos.
El bloque europeo reivindicó el uso del preservativo y criticó lo que definió como "medidas incompletas que tienen una efectividad limitada".
El ex presidente estadounidense, Bill Clinton, se sumó a la polémica en favor del condón y en contra de las políticas de la gestión Bush.
Clinton dijo que discrepaba con los planes del actual gobierno en EE.UU.. Indicó que se financian programas para promover la abstinencia pero no se aportan fondos para distribuir condones a trabajadores sexuales.
Clinton dijo que hay mucha gente en riesgo de contagio porque no reciben el mensaje de prevención correcto.
Sudáfrica contra retrovirales
La ministra de Salud Sudafricana, Manto Tshabalala-Msimang, se negó públicamente a respaldar el uso de medicinas retrovirales para tratar el VIH/SIDA.
La funcionaria defendió el uso de suplementos alimenticios y medicinas tradicionales.
Miembros de organizaciones dedicadas a la lucha contra el virus, repudiaron las declaraciones de Tshabalala-Msimang y prometieron llevar el tema a la justicia.
Por su parte, el Banco Mundial indicó en un informe que la mayoría de los programas de lucha contra la enfermedad estaban mal concebidos y presentó un plan para asistir en el diseño de nuevas políticas.