El Partido Revolucionario Dominicano PRD- ha sido catalogado de nido de “Tigueres y ladrones” hasta por sus propios miembros, sus contrarios han jugado a descalificarlo por ser un partido sin capacidad para dirigir el gobierno u otro poder del Estado. Así vemos como cada periodo que el PRD accede al poder es catalogado como “salto al vacío”, “desastre total”, “destrucción de la nacionalidad” o “El Gobierno del Narco”. Mientras quienes los acusan de tal falacia son los que se gastan 2000 millones de pesos en sobornar a los tigueres de los barrios y a defender al mayor desfalcador de banco en la historia dominicana; llamando a esto “…pagar para no matar”.
Sus legisladores son denunciados como incapaces de proponer ninguna ley positiva para sus comunidades y por supuesto descalificados para estudiar y modificar los proyectos del Poder Ejecutivo pero la mayoría de los proyectos enviados por el gobierno son aprobados. Es decir que ante la opinión pública ser perredeísta es sinónimo de incapacidad y/o delincuencia. Eso admiro del PLD, aun cuando sus dirigentes y/o funcionarios sean agarrados con las “manos en la masa”, son considerados honorables profesionales calumniados y no hay poder humano que los saque de ahí llegando incluso a premiarlos con altos cargos gubernamentales.
Lo mismo en el PRSC, los reformistas y, sobre todo Balaguer nunca abandonaron a sus funcionarios corruptos, que según la cuenta del Presidente Balaguer en algún momento de su dilatado mandato llegaban a 300 millonarios. También lo vimos pagar las lealtades con creces como lo fue el caso de reconocidos matones que dejaron huellas históricas en la juventud dominicana, recibieron todas las posibilidades licitas o no para jamás tener que trabajar y poder caminar con carros blindados y varios matones a sueldo.
Balaguer no sometió a la justicia a ninguno de sus corruptos consuetudinarios, los trasladaba, los desaparecía de escenario para luego ponerlos más alto o con mayor rango. Balaguer jamás acuso a sus servidores de nada negativo, lo dejaba en manos de la justicia (que el manejaba a su antojo). Todo lo contrario de los perredeístas que no solo se amenazan y se agraden de todas las formas posibles sin importar las consecuencias, sino que se hacen enemigos irreconciliables provocando las irremediables renuncias a lo Jacobo Majluta y Hatuey de Camps, provocadoras de dos irremediables derrotas, como ejemplo de primera línea.
Si continúan provocando que los organismos del PRD no funcionen como verdaderos mecanismos democráticos, manipulándolos hacia el favoritismo de amigos y compinches de metas; ese partido estará condenado al fracaso como ente de cambios positivos; pero aun mas grave, la ausencia de institucionalidad a nivel de sus principales dirigentes hace menos creíble ante la militancia del mimo la posibilidad de volver al poder. Tanto el Senador Rafael Alburquerque, el expresidente Hipólito Mejía, el Dr. Enmanuel Esquea Guerrero, el Lic. Jorge Mera, el Dr. Rafael Suberví Bonilla, Doña Milagros Ortiz Bosch y una docena más de los líderes del PRD están a tiempo de detener la cultura del “todo o nada” que se viene imponiendo en todas las estructuras de ese partido.
Tienen que aplicar la disciplina partidaria a la luz de sus estatutos a fin de que se imponga el respeto a la dediciones de la mayoría; pero además es necesario que se sanciones a los “Herniquillos” que se sublevan en las montañas” cuando no se imponen sus aspiraciones y luego vuelven sonrientes cuando les favorecen sus aspiraciones, es decir la otra cultura dañina del PRD es “la de la compensación”, lo que hace que miles de seudos dirigentes medren a la sombra de algunos dirigentes nacionales sin hacer ningún trabajo partidario y recibiendo cargos y candidaturas como por arte de magia.