Se cuenta que valieron más el caciquismo y "los caras bonitas" que las cuestiones puramente programáticas, para que no se concretizara una alianza entre los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y el Reformista Social Cristiano (PRSC) de cara a las elecciones legislativas y municipales del año venidero Hubo plazas, a cuyos cargos aspiran dirigentes importantes de ambos partidos, que se constituyeron en el centro de las discusiones y como nadie quiso ceder, al final las conversaciones subieron de tono y un ataque de bilirrubina dio al traste con toda posibilidad de acuerdo entre dos organizaciones que coinciden en lo fundamental en cuestiones de políticas nacionales.
Entre esas plazas figuran el Distrito Nacional y la Provincia de Santo Domingo, a cuyas senadurías aspiran, por el PLD, Reinaldo Pared Pérez, y por el PRSC, Víctor Gómez Bergès, cuyas aspiraciones estas últimas defiende a capa y espada el secretario general reformista e hijo del aspirante.
Las discusiones giraron también en torno a jurisdicciones como Santiago, Sánchez Ramírez y La Altagracia y en ella tuvo una participación destacada, el secretario general de la Liga Municipal Dominicana, Amable Aristy Castro, quien envalentonado habría dicho que su provincia, cuya común es Higuey, no podía formar parte de las negociaciones ya que él la ganaba como quiera.
La respuesta de los peledeìstas no se hizo esperar y le respondieron al aspirante presidencial reformista que lo mismo se podía decir de la Provincia Santo Domingo, donde la organización morada tiene cerca del 50 por ciento de las preferencias electorales, según revelan las encuestas. A la senaduría de esta provincia aspira por el PLD, Cristina Lizardo Mèzquita, miembro de su Comité Político y sentimentalmente una de sus "caras bonitas".
Víctor Gómez Casanova, al parecer mejor gallito de pelea que su padre cuando dirigió a la juventud reformista y llegó a enfrentar a su propio líder el doctor Balaguer, tuvo una jugada maestra y señaló que su partido estaba dispuesto a declinar la candidatura a senador de dicha provincia y cedérsela al PLD, siempre y cuando Reinaldo Pared Pérez hiciera lo mismo con sus aspiraciones en el Distrito Nacional.
Lo que vino después no fue un choque de trenes. Lo que sí se sabe y contrario a lo dicho por Gómez Casanova, es que hubo gente, incluyendo algunos de los negociadores del lado reformista, que se levantaron de sus asientos frotándose las manos, no por haber pescado en río revuelto a costa de los peledeístas como era su primer plan, sino por haberse dado su otro plan, el B, de que se frustraran "amablemente" las negociaciones para que se pactara entonces con los perredeístas que ni tontos y ni perezosos esperaban en la esquina del frente al parecer avisado de lo que ocurriría.
En las conversaciones y sus resultados desempeñó un rol determinante, el influyente secretario de la Presidencia y líder de la corriente mayoritaria del PLD, Danilo Medina, a quien se le considera un gran negociador y hombre de trato fácil y asequible. Además participó el Federico Antón Batlle (Quique), Presidente del PRSC.