¿Cuáles son las cualidades que se requieren para ser un buen jefe policial?
Hablo de un jefe policial para estos tiempos; tiempos modernos y de acelerado acontecer que nos imponen la globalización y la llamada sociedad del conocimiento. Profesionalidad, carácter, don de gente, dilatada hoja en el servicio, deber cumplido, transparencia y pulcritud irreducible. Esos y otros requisitos forman parte del perfil de un buen gerente para estos tiempos, lo cual se traduce en capacidad y liderazgo, ora para dirigir y tomar decisiones correctas, ora para darse a respetar y delegar funciones con la garantía de que serán cumplidas por quienes las reciban para ejecutarlas.
El Presidente Leonel Fernández lo buscó y lo encontró: Bernardo Santana Páez es su nombre. Tres meses cumplió Santana Páez al frente de la Policía Nacional y los resultados de su labor andan hoy a la par con su currículo de profesionalidad y nobleza, que lo han llevado a convertirse posiblemente, desde la posición de correcto policía, en el oficial policial dominicano mejor preparado en investigación criminal y relaciones humanas, que lo hacen una persona medularmente asequible y decente.
Los que le que conocen, sobre todo en círculos periodísticos y judiciales, señalan que de él otra cosa no pedía esperarse, y se refieren al trabajo que hizo en la dirección general de Prisiones, en el Departamento de Policía Científica y el Instituto de Dignidad Humana de la PN.
Santana Páez llega a la jefatura policial en una coyuntura especialmente difícil para esa institución, caracterizada por la disyuntiva de tener que combatir el crimen creciente fruto de la misma realidad global, y al mismo tiempo, ceñirse a los parámetros de una sociedad que lucha por hacer valer sus derechos ciudadanos, crecer, progresar, desarrollarse y competir de cara a los nuevos desafíos mundiales, recurriendo en primer lugar, a nuevas disposiciones legales, y en ocasiones, a fuerza de protestas y amigdalitis cerebrales
Un reto, por momento odioso, a veces irónico, con el que ha tenido que lidiar el nuevo jefe de la institución de orden, es el asunto este del Nuevo Código Procesal Penal, (con sus reales bemoles para combatir la delincuencia en sus diferentes ramificaciones), y la postura de viejos reductos policiales (que resisten ponerse a tono con lo que demanda la sociedad del presente).
No se trata de desobediencia ni de las rumoradas conspiraciones que desde ciertos niveles y mandos, se suelen señalar en contra de algunos jefes policiales. Santana Páez ha demostrado, posiblemente a diferencia de muchos antecesores, contar con demasiado liderazgo y respeto de una estructura policial cuya reforma solo existe de nombre, y donde hay oficiales y a alistados con la mente como un guayacán, actuando y cumpliendo órdenes a regañadientes por la desaparición de sus viejos compinches "el tránquenlo", "el malentendido" y "el rugiente".
Con esa misma autoridad ha denunciado y enfrentado la corrupción policial, que se expresaba mayormente con el usufructo de lo ajeno y la repartición, por compañías, para beneficio de oficiales superiores, capitanes y hasta sargentos administradores, de nóminas de hasta 40 y 50 agentes, que preferían sacrificar sus cheques para andar como chivos sin ley y buscándoselas por otra parte.
Los sacó de sus "escondites" y con arenga les dijo: "Pa`la calle". Interesantes son los resultados conocidos antes de la última medida, según arrojan las encuestas, las opiniones ciudadanas y las valoraciones que hacen del actual jefe policial los diferentes medios de opinión pública, las mediciones y análisis de contenido y de confrontación.
La Gallup-Hoy dice que con Santana Páez al frente de la PN, la violencia y los delitos comunes, disminuyeron en el país, lo que es una noticia alentadora tanto para la ciudadanía como para las autoridades, toda vez de que la tendencia anterior era a la inversa. En cuanto a la percepción de la ciudadanía, que fruto de observaciones virtuales y actitudes inducidas, a veces no se corresponde con la realidad, la Gallup señala que de un segundo lugar que en agosto ocupaba la preocupación de la gente por la delincuencia, dos meses y medios después había bajado a un cuarto puesto, justo detrás de la inflación, la crisis eléctrica y el desempleo.
Bajo el mando de Santana Páez, la Policía trabaja y da seguimiento a los asuntos grandes y pequeños, ubicando, por ejemplo, en zonas, casas, enclaves y refugios, a los llamados delincuentitos de barrios, ladrones de casas deshabitadas y asaltantes callejeros de personas indefensas a quienes les arrebatan celulares, carteras y otros valores.
En el caso de los grandes delitos, sobre todo, los relacionados con la seguridad ciudadana, se trabaja también de forma profesional y planificada. Septiembre 2005 fue posiblemente el período en el que la Policía Nacional y su jefatura, sacaron la mejor puntuación en cuanto a presencia, posicionamiento y valoración de la opinión pública, según lo estableció un análisis hemerocrìtico del sector policíaco-judicial hecho alrededor de unas tres mil informaciones publicadas por los medios escritos y electrónicos.
El balance positivo de ese estudio, hecho en base a aplicativos novedosos, como la medición, la confrontación de valores y el cotejo de informaciones por vías de partida y de regreso, fue de un 59 por ciento, superando por 29 puntos el balance promedio de los meses anteriores de junio, julio y primera quincena de agosto que había sido negativo en un 70 por ciento, conforme el mismo análisis que se hace por mes y por trimestre, para las instituciones del área judicial.
De un 70 negativo a un 59 positivo hay demasiado trecho como para no decir, que posiblemente ese porcentaje favorable haya sido un récord para la institución policial que se destacó en el pasado reciente como un cuerpo represivo que generaba temor y rechazo en la ciudadanía.
Hay que señalar, sin embargo, que la Policía como tal, se benefició del alto grado de valoración personal que arrojó ese estudio sobre la figura y las actuaciones de su actual jefe, cuya medición por rango, establecida del uno al diez, sacó 9 puntos, de 286 informaciones donde figuraba el general Santana Páez, en el contexto de declaraciones, menciones, comentarios y editoriales.
Luego, sería de interés conocer nuevos resultados después de la auditaría policial que con valentía sin igual ordenó el general Santa Páez, la cual en una primera fase acaba de enviar a patrullar a los barrios a más de mil 500 agentes, personas jóvenes que dejaban sus cheques en los bolsillos de sus superiores a cambio de servir en otra parte o andar exhibiéndose por doquier como "turistas armados" y como "lindones”