La Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música, Inc. (SGACEDOM) recientemente celebró un Curso sobre Derecho de Autor y Gestión Colectiva, auspiciado por la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), el cual tuvo como conferencistas invitados a destacados expertos de Colombia y Uruguay.
El curso, que contó también con el respaldo de la Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA), tuvo como escenario el majestuoso Auditorio Manuel del Cabral, enclavado en la Biblioteca Pedro Mir, moderna edificación recién inaugurada en la sede principal de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) por el presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, en cuyo primer mandato comenzó su construcción. Luego de las palabras de bienvenida y agradecimiento, a cargo del autor de esta columna, en su calidad de presidente de la SGACEDOM, y tras la breve presentación del secretario de actas y correspondencias de nuestra entidad, Cristian Encarnación, quien ejerció la maestría de ceremonia, el Dr. Marino Féliz Terrero, director de la ONDA, reafirmó el compromiso del gobierno para seguir fortaleciendo y respaldando el derecho de autor y la gestión colectiva en nuestro país.El colombiano Marco M. Alemán, administrador principal de programa de la Oficina de Desarrollo Económico de la OMPI para América Latina y El Caribe, señaló que los inventores se desvelan en la búsqueda de mercados para sus obras, en tanto que en el derecho de autor se cuenta con una red de organismos que protegen a los creadores.El doctor Alemán reiteró el apoyo de la OMPI a la gestión colectiva en la República Dominicana, añadiendo que los autores tienen que registrar sus obras, afiliarse a una sociedad autoral y seguir el adecuado funcionamiento de ésta.El uruguayo Gustavo Vignoli, director general de la Asociación de Autores de Uruguay (AGADU) y consultor de la OMPI para América Central y la República Dominicana, se refirió al Convenio de Berna, al que se han adherido la mayoría de los países del mundo y que establece al menos una protección mínima al derecho de autor. El doctor Vignoli enfatizó sobre la doble naturaleza del derecho de autor, que envuelve los derechos morales y patrimoniales, argumentando que la propiedad de la obra la tiene siempre el autor o aquellas personas o derechohabientes a los que éste haya cedido una parte de sus derechos.Agregó que el derecho moral vela porque el nombre y la paternidad de la obra, así como de la integridad de la creación, se mantengan inviolables. Indicó que el derecho de retracto hoy es facultad que no tiene aplicación práctica y que va dejándose de lado en las legislaciones modernas De los derechos patrimoniales explicó que engloban la divulgación o comunicación al público, así como la reproducción, transformación, adaptación y traducción.El derecho de autor no protege ideas, sino la forma y puso como ejemplo que dos canciones pueden tratar el mismo tema, pero lo que importa es el modo en que cada una enfoque la misma temática. Para que una obra sea protegida debe ser original, aunque no es necesario u obligatorio el registro o la formalidad, pero eso no significa que no sea conveniente, porque es un medio fundamental de prueba ante un juez, en caso de litigio.Reveló la complejidad de los derechos de sincronización en el ámbito de la cinematografía, poniendo como ejemplo que en el derecho anglosajón o copyright se tiene al productor de la obra, en tanto que en la legislación francesa se le ubica como autor derivado.Significó que las legislaciones sobre derechos autorales dedican capítulos a los tipos de excepciones, siempre que atenten contra la explotación normal de la obra ni cause perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor.Detalló las funciones de las sociedades de gestión en los renglones de documentación, recaudación y distribución, afirmando que en ningún país se obtiene la totalidad de la información, sino que prima el muestreo estadístico de un porcentaje definido.El también uruguayo Martín Marizcurrena Oronoz, director de la Delegación Regional de la CISAC para América Latina, indicó que el autor, por el propietario, tiene la capacidad de autorizar o prohibir el uso de su obra, aunque muchas veces, en su afán de dar a conocerla, suele hacer muy malos negocios.Expresó el doctor Marizcurrena Oronoz que la gestión colectiva facilita el acceso de los usuarios a las obras y el cobro de los derechos para los autores. Rememoró que el fenecido doctor Ulrich Uchtenhagen, un prohombre suizo considerado por muchos como el padre de la gestión colectiva moderna, enseñó tanto a él como a sus amigos Vignoli, Carlos Fernández Ballesteros, Leandro Darío Rodríguez Miglio y otros, en qué consiste y cómo funciona una sociedad de gestión. A continuación desglosó tanto a los actores como a los factores que por vía de consecuencia inciden en la generación de los derechos autorales.Con mucha propiedad habló de las fichas internacionales e hizo hincapié en los sistemas CAE e IPI, que son aquellos donde los compositores, autores y editores son identificados mediante un número que se le aplica mundialmente. Destacó la WWL o lista mundial de obras, que es un banco de de datos donde aparecen las obras de todas las sociedades. También aclaró que el Sistema de Información Común (CIS), en el cual se pretende lograr que todos los autores tengan un lenguaje unificado para facilitar su identificación.El doctor Marizcurrena, con la jovialidad que lo caracteriza, relató una interesante anécdota, aunque sin autenticar su veracidad, que según se dice ocurrió hacia el año 1850, en Francia, específicamente en el Café Ambassadeur, donde dos autores se negaban a saldar una cuenta hasta tanto el dueño del establecimiento les pagara por el uso de sus obras, ejecutadas por un conjunto de planta que allí amenizaba. Tal episodio determinó el surgimiento de la Societé des Auteurs, Compositeurs et Editeurs du Musique (SACEM).Entre los asistentes, además de directivos y funcionarios de la SGACEDOM y la ONDA, estuvieron Manuel Tejada, José Antonio Rodríguez, Crispín Fernández, Ennio Marchetti, Rey David Santana, Verónica Medina, Levi Policarpe, Albert Hernández, Daniel Soto y Juan Isidro Jiménez Pimentel,