Las soluciones viales para Santo Domingo Este han sido relegadas a un segundo plano a pesar de la pujanza del crecimiento poblacional que proyecta ésta demarcación geográfica
Según estudios, para el 2025 la margen oriental del Río Ozama será la zona del país con mayor cantidad de habitantes.A pesar del flujo vehicular actual y el crecimiento proyectado, no se avizora ningún esfuerzo oficial para hacer que las importantes avenidas que mapean este colosal centro urbano ofrezcan a sus ciudadanos un tránsito fluido.Mientras tantos los conductores improvisan rutas a través de calles que cruzan las principales venidas con los consiguientes congestionamiento de vías estrechas, pobladas de "policías acostados", muchas de ellas mal pavimentadas.Esta opción la adoptan los conductores para evitar el estrés que causan los entaponamientos y la presión por no llegar tarde al trabajo, aumentando el riesgo de accidentar a ciudadanos de zonas residenciales por la velocidad con que los automovilistas prefieren recorrer las calles.Sucede que los pobladores de la zona oriental han aumentados sus expectativas con las actuales autoridades gubernamentales por la vocación que mostraron en su pasada gestión para afrontar este tipo de problema.Y todo indica que el presente gobierno continuará agilizando el tránsito a través de la construcción de túneles y elevados, como se demuestra en la autopista Duarte, en áreas de los Alcarrizos del municipio Santo Domingo Oeste.Donde más se refuerza esta idea es con el proyecto que se inicia con un elevado en Santo Domingo Norte y que penetrará al Distrito Nacional, donde continuará con una solución diferente debajo de la tierra hasta concluir en la feria, y la ya controversial pero necesaria solución que se ofrece para mejorar el flujo vehicular en la intersección de las avenidas 27 de Febrero con Ortega y Gasset.Pero no se observa ningún movimiento para agilizar el flujo del tránsito vehicular de Santo Domingo Este que contribuya a disminuir la ansiedad que se apodera de los chóferes públicos y privados.El crecimiento poblacional de la zona oriental a contribuido a que avenidas anteriormente periféricas como la Charles de Gaulle y la autopistas de San Isidro pasen a ser rutas céntricas de donde derivan además sus respectivas importancias comerciales, haciéndolas arterias de flujo continuo y masivo.Pero las vías que ya eran céntricas como San Vicente de Paúl, carretera Mella, Sabana Larga, avenida Venezuela y la carretera de Mendoza han pasado a convertirse en rutas intransitables para no decir que asemejan a los "caminos que llevan al infierno".La ansiedad y la agonía de los conductores aumenta en los puntos donde se entrecruzan varias de estas vías, como la que se produce en la San Vicente de Paúl con Arzobispo Fernando de Navarrete (prolongación de la Sabana Larga) que conduce al puente que une a Los mina Norte con Sabana Perdida, así como los puntos de encuentros con la carreteras de Mendoza y Mella, siendo este último cruce, el que demanda una más urgente e inteligente solución vial. La solución aparente luce ser pasos a desniveles A lo largo de la avenida Charles de Gaulle se producen encuentros con la autopista de San Isidro, la carretera de Mendoza, la entrada de Invivienda y con la carretera Mella, siendo este último punto el que con mayor prontitud debe ser intervenido. La solución luce ser también pasos a desnivelesCon respecto a las avenidas Sabana Larga y Venezuela, una solución posible, es permitir que las dos vías fluyan en sentido contrarios. Mientras que como en los puntos exactos donde ambas arterias se unen con la avenida de Las Américas es atravesado por un túnel, la solución obligada son sendos elevados que permitan a los vehículos un flujo continuo hasta los alrededores del Faro a Colón, con los correspondientes desalojo que esta solución implica.El problema que plantea la carretera de Mendoza deviene su estrechez para un flujo automovilístico numeroso y en continúo crecimiento. Parece ser que el aumento del plantel vehicular en los barrios aledaños y la preferencia como ruta de desvío para conductores que abandonan la avenida San Isidro y la carretera Mella explican el tránsito complicado que presenta esta vía.La solución que parece emerger al problema de la carretera de Mendoza es su ampliación a cuatros carriles. Esto implica desalojar cuantiosas residencias y comercios. En una primera etapa pudiera abarcar el segmento que comprenden las avenidas Charles de Gaulle y San Vicente de Paúl por ser el tramo más crítico en el presente.