ISLAMABAB.- Una mujer ha sido rescatada con vida tras permanecer más de dos meses sepultada bajo los escombros de su vivienda a raíz del terremoto que golpeó el norte de Pakistán en octubre pasado, según informaron ayer las autoridades paquistaníes.
«Naqsha Bibi, de unos cuarenta años de edad, fue encontrada por varios vecinos el domingo por la tarde cuando estaban limpiando los escombros en búsqueda de los cuerpos de sus familiares», informó a los medios Hafiz-ur-Rehman, del Hospital de la Asociación Médica Islámica de Pakistán (PIMA). La mujer ha sobrevivido entre los escombros 64 días, tras quedar sepultada bajo su vivienda en la ciudad de Muzzafarabad, capital de la Cachemira pakistaní, durante el terremoto del pasado 8 de octubre, que acabó con la vida de cerca de 90.000 personas en el norte de Pakistán y la India. Bibi fue trasladada inconsciente al hospital, donde se encuentra fuera de peligro, según indicaron fuentes médicas. «Está en la unidad de cuidados intensivos y estamos observando su evolución», dijo el doctor Hafiz, del hospital de campo de PIMA. El facultativo explicó que se le está administrando líquido por vía intravenosa para controlar la deshidratación que sufre. Y es que Naqsha sólo sobrevivió a base de alimentos en estado de descomposición y el agua de la lluvia. Un nuevo terremoto Un fuerte terremoto se registró ayer de madrugada en la zona fronteriza del norte de Pakistán y Afganistán. El seísmo, ocurrido a las 2.51 hora local (22.21 del domingo GMT), alcanzó los 6,7 grados de intensidad en la escala Ritcher y, según el Instituto Geológico de Estados Unidos, estuvo centrado en la región del Hindu Kush, en el noreste de Afganistán, 95 kilómetros al sureste de la localidad afgana de Feyzabad y 95 kilómetros al noroeste de la ciudad paquistaní de Chitral. Este organismo indicó asuismismo que la localización del epicentro es de 36,339 grados norte de latitud y 71,105 grados este de longitud. Hasta el momento, no se ha informado de víctimas ni daños. Y es que cerca de un millón de personas perdieron sus hogares en octubre por el terremoto de Pakistán y se ven obligadas a pasar el duro invierno himaláyico protegidas tan sólo con tiendas de campaña y ropas y mantas donadas por el Gobierno y organizaciones de ayuda humanitaria.