Cristina vivía en un barrio de una de las urbes dominicanas que alojan el 60% de la población dominicana, era la 4ta. de 10 hermanos; tres hembras y 7 machos. Cristina tenía que dormir con dos hermanas más y compartir sus ropas íntimas con sus hermanas; pero eso no era nada para ella, niña dulce de mirada adormilada y de piel color canela al estilo de la mayoría de las mujeres dominicana.
II de IILos padres de Cristina trabajan todo el día en la calle para buscar los pesos con que Cristina compraba la comida que hacia a sus hermanos, 14 años y parecía toda una mujer de casa de frente a aquel caldero lleno de 4 libras de arroz, guisando pollo, berenjena, huevos o espaguetis, depende cuanto dinero le dejaran sus padres.Asediada por los muchachos de los barrios (buenos y malos) que le sugerían lo bella que era y el lindo cuerpo que mecía con cadencia latina al caminar, Cristina hacia grandes esfuerzos para no dejarse seducir de algunos de los jóvenes de la escuela y el barrio que le agradaban ya que tenia un sueño: Viajar a Nueva York.Doña Josefa y don Ramón tenían ambos familiares en Estados Unidos, la mama de Cristina tenia una hermana en los países que se había casado con un "dominicanyork" y ya había viajado a Santo Domingo llevando la buena nueva. Ramonita le había prometido a su sobrina conseguirle un "ciudadano" para que se casara con ella y así poder viajar "a los países".Efectivamente, la tía de oro viajo en la navidad del '92 al país acompañada de un americano de 60 años que seria el trampolín de Cristina hacia el "paraíso". Todo fue fiesta y celebración. La niña de 14 años cumplió 15 en Enero 13 y el 20 se casaba con Johnny un apuesto rubio que a pesar de sus años lucia de 40; pero muy viejo para la hermosa mulata dominicana.Pasaron los días y los papeles comenzaron su lento recorrido por la burocracia norteamericana, hasta que llego el día de la famosa cita en el consulado. Año y medio después Cristina estaba en Estados Unidos como la esposa "feliz" de Johnny Olsen, fue esperada en el aeropuerto por su tía y su flamante esposo. Deslumbrada por aquellas calles tan grandes, trenes, muchos carros, enormes edificios interminables y, oh! sorpresa, que frió. Su tía la espero con un confortable abrigo que le aisló de la inclemencia del tiempo y por supuesto el abrazo de su marido. Montaron en el carro Lincoln continental propiedad de Johnny y partieron desde el Aeropuerto Kennedy hacia los suburbios del Bronx.Cristina estaba viviendo su sueño, por fin en Nueva York, llegaba a la casa de aquel hombre que la hizo su esposa a los 20 días de conocerla, con la edad de su papa; pero con el poder de la ciudadanía americana y de los dollares. Johnny Olsen la hizo pasar a lo que seria la casa de Cristina. Quedo atónita de todo lo que vió, muebles, adornos, alfombras y en fin de todo lo que esta niña no había visto nunca.Todo esto es tuyo, le murmuro su tía al oído, recuerda que eres la esposa del americano. Tía, dijo Cristina, tengo miedo, pero mi amor ¿miedo de qué? si aquí serás una reina. Si tía pero estaré sola con ese hombre que no conozco bien. Bueno sobrina, dice la tía, llego la hora de hacerte mujer y en tus manos esta el futuro de tu familia. Esta bien tía, dijo resignada.Cristina comenzó su vida, era toda una ama de casa y aun cuando no sabia manipular las maquinas que encontró en la cocina, Johnny le contrato una mujer para que la ayudara con la casa. Paso el tiempo y nuestra protagonista se adapto a su nueva vida. Un año después nadie conocía a Cristina; se había convertido en una "americana". La tía de Cristina la visitaba esporádicamente ya ambas vivían en los extremos de Nueva York, Ramonita moraba en Manhattan mientras que Cristina vivía en una zona apartada de Nueva York. Tía, le dijo, visítame mas seguido me siento como presa, no tengo con quien hablar y Johnny se desaparece hasta por una semana; esta bien hija tratare recuerda que trabajo y vivo muy lejos de ti, pero haré un esfuerzo.Tía quiero hacerte una pregunta, ¿como conociste a Johnny?, porque me haces esa pregunta, ¿ha pasado algo entre ustedes?, no, dice Cristina, es que no se qué hace, donde trabaja, se reúne por horas con algunas gente que no me presenta y viaja mucho. Cada vez lo veo menos. Cuanto lo siento mi hija, pero en "los países" es así, gracias a Dios que tu no trabajas y tu marido te da todo.Cristina, joven de 16 años comenzaba a impacientarse con la vida de presa que tenia, no conocía ni los vecinos de su casa, se le había pasado el encanto. Johnny casi no hablaba español y los encuentros íntimos con su esposa joven eran esporádicos. Johnny, le dijo Cristina, vamos a visitar a mi tía tenemos 6 meses que no salimos. Esta semana no puedo, tengo que viajar a Orlando Florida para cerrar un negocio.Johnny y Cristina se aprestaban a dormir cuando alguien toco a la puerta, eran las 12:00 de la media noche, Johnny se puso su bata y bajo las escaleras para acercarse a la puerta de su casa cuando escucho decir: ¡la policía, abra la puerta por favor!, Cristina que venia detrás de su esposo alcanzo a escuchar y vio palidecer a Johnny.Termino ella abriendo la puerta por orden de Johnny que se dirigía hacia la cocina con pasos apresurados, cuando la policía entro a la casa pregunto de inmediato por Johnny Olsen, al mirar hacia atrás Cristina no vio a su marido y sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, el debe estar cambiándose la ropa, atino a decir. Johnny resulto ser un narcotraficante de grandes kilates que tenia guardado en su casa, la casa donde vivía Cristina mas de 800 kilos de cocaína. Ambos fueron encausados por tráfico de estupefacientes a gran escala y condenados a 15 y 25 años de prisión. La tía había conocido a Johnny en un restaurante donde trabajaba y con el tiempo lograron intimar hasta que ella le pidió que se casara con su sobrina.Cristina llego al país deportada luego de pasarse 12 años presa en las cárceles estadounidenses, en su expediente la tipifica como peligrosa narcotraficante, sin un centavo, a los 28 años, aun joven, habla ingles y conoce de computadoras.