MANHATTAN, Nueva York.-Se cumplió ayer la primera fase de la huelga escalonada concovocada por el sindicato de operadores del metro y los autobuses de la ciudad de Nueva York, mientras se mantiene el conflicto entre los transportistas y la Autoridad Metropolitana del Transporte, lo que se define como un “serio estancamiento”.
Por un lado, el presidente de la MTA, Peter Kalikow dijo anoche que "es nuestra última oferta, no habrá otra", el dirigente de los trabajadores, Roger Toussaint respondió asegurando que la oferta constituye un "contrato que cierra las puertas de la clase media a los trabajadores".Las autoridades ofrecieron un 9 por ciento de aumento salarial, por un periodo de tres años, considerado como "una miseria" por los transportistas, que aspiran a aumento salarial de un 8 por ciento, por cada año.Como parte del estancamiento del conflito, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg entabló una demanda para que cada trabajador sea multado con 25 mil dólares por cada día de huelga, de acuerdo con lo establecido por la ley Taylor que prohíbe el paro en los servicios públicos de la ciudad.El paro en dos líneas privadas de autobuses en el condado de Queens, donde 750 trabajadores paralizaron sus labores, causo confusión entre los más 70 mil usuarios afectados, muchos de los cuales recordaron como sufrieron las consecuencias de la huelga que durante once días, en 1980, afectó el mayor sistema de transporte de los Estados Unidos y que dejó pérdidas por más de 1,000 millones de dólares.En esta ocasión, de concretarse la huelga general convocada para el próximo martes, fecha límite dispuesta para alcanzar un acuerdo, la ciudad de Nueva York tendría pérdidas por encima de los dos mil millones de dólares -unos 400 millones diarios-, y afectaría directamente a unos siete millones de usuarios del transporte.