SANTIAGO.- En el cementerio municipal de la calle 30 de Marzo, de esta ciudad, aparentemente algunos difuntos no descansan eternamente, a juzgar por denuncias hechas por familiares de dos personas sepultadas allí, cuyos
restos supuestamente fueron extraídos de sus tumbas, a pesar de que no estaban vencidos los contratos de arrendamiento de las mismas.
Las aseveraciones hechas por integrantes de las familias Germoso y Pérez, que tenían dos deudos enterrados en ese camposanto, rápidamente fueron rebatidas por la administración del lugar, garantizando tal denuncia es completamente incierta.No obstante, las familias afectadas insisten en que los huesos de sus parientes fueron sacados de las tumbas sin ninguna justificación, en vista de que siempre han pagado los contratos de alquiler de los nichos y que la más reciente renovación aún no ha vencido.José Neftalí Henríquez, administrador del cementerio en cuestión, fue categórico al afirmar que la denuncia en tal sentido es completamente incierta "porque aquí somos muy respetuosos de los contratos firmados y no exhumamos cuerpos a menos que esos acuerdos escritos no hayan sido renovados por los parientes".Dijo que, cuando la administración del cementerio se ve en la necesidad de desocupar un área, por la falta de pago, procede a depositar en una funda plásticas los restos hallados en la caja, escribiéndole los datos de lugar y depositándolos en un lugar construido para tales fines, con el propósito de entregarlos a los familiares, cuando los reclamen.Henríquez estimó que esas familias ahora reclaman incumplimiento de contrato por parte de la administración del cementerio "porque a lo mejor les dieron el dinero a parientes o amigos para que fueran a pagar la renovación pero no lo hicieron así, aunque habrían informado que cumplieron con la encomienda".A esta apreciación, las familias Germoso y Pérez insistieron en que el contrato estaba vigente al momento de ser sacados los restos de sus parientes de las respectivas tumbas, de lo que mostraron constancias escritas que avalan la queja.