Son Perú, Ecuador y Bolivia las zonas americanas donde el indígena sobrevivió a las hecatombes de los colonialistas, y al mismo tiempo se mantuvo como población mayoritaria. Hablo del Inca, del Aymará y demás tribus amerindias que poblaban esas tierras del espinazo andino a la llegada del conquistador europeo, en especial del español que como se sabe en otras zonas como las Antillas, Santo Domingo y Cuba aplastó a la población aborigen hasta borrarla de la faz de la tierra. En Sudamérica, sin embargo, el "indio" sobrevivió y se mantuvo allí como la Llama, su emblemático animal de trabajo, y lo hizo también, a pura resistencia, y a golpe de sufrimiento transformando sus haravis folklóricos en especie de canto triste como lo recogiera en su producción poética el peruano Mariano Melgar (1790-1815), y como lo atestiguaron más tarde, los esposos Raoul y Margarite D'Harcourt, quienes al tope del primer cuarto del recién pasado siglo, al mostrar los resultados de una amplia labor de investigación, podían decir que "sobre ocho millones de habitantes, Ecuador, Bolivia y Perú juntos, poseían más de siete millones de indios puros". Más de cinco siglos de historia y explotación rapaz han pasado sin que el indio sudamericano diera su brazo a torcer (más bien se mantuvo con su frente en alto), y es ahora cuando se habla de que un descendiente de sus etnias, la de Los Aymará, se perfila como presidente de los bolivianos. Pero no se trata sólo de un gobernante indio como el aymará Samuel Sicuri del que nos habla Bosch en su cuento sobre los Andes, sino, de uno que como Evo Morales, se declara revolucionario y dice ser admirador de Fidel Castro y de la Revolución Cubana. No se puede olvidar que fue en Bolivia donde vio el final de sus días en 1967, Ernesto -Che- Guevara, quien fuera el número dos de la primera revolución socialista de América, y que Morales es el líder del Movimiento al Socialismo de Bolivia, (MAS). ¿Será esto la cristalización de un sueño o el comienzo de otra pesadilla?, se estarían preguntando muchos sobre lo que pasa hoy en Bolivia y Sudamérica, pensando primero en Venezuela donde un orondo Hugo Chávez, ha convertido su accionar y sus palabras, en una poderosa moharra que cual onda expansiva amenaza con arropar todo el espinazo andino en contra de sus colosos enemigos. ¿Qué pasa realmente en la región? ¿Se repetirá la historia?Para los que no lo saben y antes de que Bolívar derrotara al ejército español y diera la libertad a cinco naciones sudamericanas, entre ellas, la suya Venezuela y la propia Bolivia, fueron los aborígenes sudamericanos encabezados por los Incas quienes propinaron las más humillantes derrotas a los colonialistas. Lo cierto es que a la hora de la llegada de los españoles al Perú, encabezados Francisco Pizarro en 1524, la capital del imperio incaico, Cuzco, estaba muy distante de la costa, en las alturas de la cordillera y era de difícil acceso. La idea inicial de los conquistadores era someter el imperio y levantar la primera ciudad en Cuzco, pero la resistencia del indio y su valor en la batalla fueron de tal envergadura, que los españoles prefirieron edificar sobre la costa de Lima, en el Perú, lo que a la postre sería la capital de la colonia. De ahí, la frase del conquistador mayor del Perú, dicha en momento en que sus huestes eran exterminadas por la capacidad combativa de los Incas. Fue una última arenga para sus tropas que Pizarro pronunció trazando una raya y que más o menos contenían estas palabras: "por aquí se va a la gloria y por allá se regresa España, los valientes que me sigan y los cobardes que se vallan". Por demás está decir, que los Incas, liderados por Atahualpa, para el siglo XV y por encima de Los Pukinas, Los Puruhas, Los Quitus, Los Caras y los mismos Aymaràs, dominaban también en Ecuador y Bolivia, y allí al igual que en el Perú, se mantuvieron cerrados por un largo tiempo al mestizaje étnico y cultural, y durante siglos lucharon por la preservación de su suelo y su cultura. Pese ese casi brutal mestizaje que ha crecido con los años y con los siglos, la mayoría de pobladores del Perú, Ecuador y Bolivia, hoy sin distinción de etnias porque se creen pertenecer a una sola raza, siguen siendo indios puros como lo es Evo Morales, quien ha dicho que de llegar la presidencia, como al efecto se perfila, iniciará una revolución para poner fin a la injusticia acumulada en contra de su raza y toda clase de racismo y explotación laboral y económica. Morales fue más lejos y desde Cochabamba, de donde es oriundo y en cuya universidad estudió, reitero su intención de legalizar la producción de coca, nacionalizar los hidrocarburos y transformar el Estado boliviano en uno que responda a los intereses de su pueblo y no capital monopolista. "Hoy empieza la nueva historia de Bolivia. Es la primera vez que este país tiene un indígena como presidente; buscaré la igualdad y la justicia social y esto representa un triunfo del pueblo que busca un cambio y se acabará el racismo", expresaba Morales, hasta hace poco un desconocido dirigente indígena que comenzó a trascender desde el Congreso de Bolivia donde llegó como diputado, y más luego, cuando se convirtió en el principal vocero de quienes exigían y lograron la salida del poder del presidente Sánchez de Lozada. Se recuerda que fue Morales quien atrajo a su alrededor una mezcla heterogénea de intelectuales, parte de la clase media y diferentes grupos regionales de campesinos e indígenas y cocaleros. Considerado un típico líder carismático en el sentido weberiano, Morales nació en 1959 en una familia campesina Aymarà. De sus seis hermanos murieron cuatro. Bajo las dictaduras militares entró en un sindicato prohibido por el régimen y siguió su carrera sindicalista hasta ser dirigente de la Federación del Trópico en 1988. Con su discurso populista y como punto de identificación para muchos indígenas, Morales casi hubiera ganado las elecciones presidenciales en 2001. Desde luego entró como diputado en el Congreso y continuó en la oposición criticando al gobierno y movilizando a la gente pobre que en Bolivia son las grandes masas. El llamado establishment le tachó de tener relaciones con Hugo Chávez el cual busca aliados en el hemisferio para su autoproclamada revolución bolivariana, acusación que no es casual ya que Morales al igual que el presidente venezolano propone una ruptura con el sistema actual imperante en Bolivia. Lo cierto es que con su discurso y su radical programa panamericanista que exige una distribución más justa de la riqueza y una mayor participación de los marginados, Morales es lo que más se parece a una extensión del cada vez más envalentonado Chávez, cuyo valor, hoja de servicio, conducta moral y liderazgo entre los suyos, son un ejemplo a seguir y un hueso duro de roer para sus enemigos, tanto dentro como fuera de Venezuela. Evo Morales, a quien Chávez acaba de felicitar parece ser la última revelación de ese renovado eje revolucionario, por demás, de carácter populista en América Latina, cuya principal figura lo es el actual mandatario venezolano, y al que pertenecerían Ignacio Lula de Silva en El Brasil, Ernesto Kirchner en Argentina, Tabarè Vásquez en Uruguay y el derrotado Lucio Gutiérrez en Ecuador, que todavía busca recuperarse. Se ha estado hablando incluso de un polo latinoamericano, dirigido por Castro y Chávez, opuesto al neoliberalismo, al ALCA y todo lo que huela a poder norteamericano. Las expectativas son cada vez más crecientes sobre lo que en término político se desarrolla en América del Sur, ahora con los acontecimientos de Bolivia, pero serán los días por venir, con sus fantasmas al acecho, quienes dirán la última palabra. Esperemos…