Durante la pasada Feria Internacional del Libro conocí verdaderamente a un duende. Aunque en aquella ocasión se limitó a presentarnos al público que acudió a la charla que allí se organizó, luego, gracias a un reciente encuentro propiciado por otro talentoso amigo, el romanense Oscar Mendoza Camino, y tras intercambiar diversas impresiones, supe que se trata de un artista realmente muy especial, uno que combina la pintura, la música y la poesía para crear fantasías
Armado con pinceles que hablan por él, Orlando Cordero, un mago de los colores y las formas que crea sus propios senderos con pasos llenos de poesía y musicalidad.Este admirable artista de la plástica, que lo es también de la música, proyecta una inepugnable humildad y derrocha un talento inagotable que se pasea con asidua familiaridad por los secretos de sus lienzos.Orlando, que además es un fino escultor y poeta de admirable profundidad, nació en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, el 19 de enero del año 1966, iniciando sus estudios pictóricos cuando apenas reunía 12 años de su ya fecunda existencia, asistiendo como invitado a los Martes de la Cultura que organizaba el ahora fenecido maestro Silvano Lora.Aunque víctima de una extensa pausa, porque compromisos, proyectos y derivado entusiasmo lo han apartado involuntariamente, ya casi finaliza Licenciatura en Comunicación Social, la cual cursa en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde, por cierto, en el período 1990-1995 formó parte del taller literario César Vallejo, Cordero editó las revistas "De Isla en Isla" y "Cultura In Vitro". Orlando Cordero, que entre 1992-1993 fue coordinador del Martes Poético que celebraba en Casa de Teatro, ha publicado los libros de poesía "Regata Fortuita" (1991) y "Utópolis" (1996).Visitar su casa es sumergirse a un santuario del arte. Se nota cuando ingresamos a ella. Podemos observar su colección de clásicas guitarras, el aire perfumado por acrílicos y óleos, los cuadros con su diversidad temática y abundante cromatismo, colocados en un lado u otro de su taller, como si esperaran ser seducidos por los trazos y la firme proyección de perspectivas del joven maestro.Es oportuno destacar que su esposa, Vanessa Báez, con quien ha procreado a Yassir y Dafne, es una brillante teatrista, aunque su rol de empleada bancaria le abarca tanto tiempo que acogota el espacio que le podría dedicar a las tablas. Aún así podemos deleitarnos con su histrionismo en "El Milagro de la Navidad", el tradicional montaje que cada año celebra en la Torre Popular.Sus obras han engalanado las paredes de diversos museos y galerías de arte de New York, New Jersey, Washington, Martinica y, obviamente, de nuestro país.No en vano distinguidas personalidades se han pronunciado en términos elogiosos sobre nuestro artista. El gran maestro ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-1999) expresó que "me han presentado al señor Cordero como un artista de la lente, pero fíjense: es un pintor", en tanto que el desaparecido poeta metafísico criollo Carlos Gómez Doorly afirmó que "Orlando Cordero, como poeta, músico y pintor, es el artista múltiple". El laureado novelista peruano, nacionalizado español, Mario Vargas Llosa también se maravilló por el talento de este admirable dominicano.Y es que la pintura de Orlando Cordero destila un sublime vigor que desvela misteriosas premisas y se sitúa entre lo esotérico y lo cosmopolita, bailoteando con los principios del cubismo y lo fundamental del impresionismo. Por eso es muy difícil encasillarlo, porque su obra es tan abstracta como expresiva. Nos distrae hasta sorprendernos con las luces y la composición delicadamente concebidas, acentuado con ese manejo inusual de las tonalidades con que juegan los que definen el camino a la grandeza. Amante de la naturaleza, a tal grado que desde hace 23 años se convirtió en un consagrado vegetariano, ha participado en 19 exposiciones colectivas, que han colocado sus cuadros en el Museo del Hombre Dominicano, Hotel Jaragua, Palacio Consistorial, Flushing Meadow Park, Place Gallery For du France, Terrace on the Park, Museo Faro a Colón, Fountain Gallery, Casa de Teatro, Casa de la Cultura Universitaria, Galería Café Montesinos y otros prestigiosos auditorios.En el descorrer de estos días navideños, Orlando inauguró sus séptima exposición individual, titulada "Natura Habilis", a beneficio de la Biblioteca La Vigía y con los auspicios de la UASD, la Secretaría de Estado de Cultura y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida como UNESCO, por sus siglas anglosajonas. Precisamente en la Casa de la UNESCO, sita en la calle Luperón número 105, en la Ciudad Colonial, estará la referida exposición hasta el próximo martes 20 del presente mes. El arte trascendental se resume en saberlo apreciar desde el primer momento. Inténtelo, porque Orlando lo merece.