NUEVA YORK. En medio de presiones de ambas partes, los líderes del sindicato del transporte de esta ciudad han accedido a poner fin a la huelga que ha paralizado la red de autobuses y metro durante tres días. Aunque hace un rato que se hizo el anuncio, la decisión final deberá ser adoptada por el consejo del sindicato de transportistas.
Así lo anunciaron hoy los mediadores elegidos por el sindicato TWU Local 100 y por la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) de Nueva York para desbloquear las negociaciones del convenio colectivo del sector, que se rompieron en la madrugada del martes. La propuesta de los mediadores, aceptada por los líderes sindicales, es reabrir la mesa de negociación, a cambio de que los empleados de la red del transporte público de Nueva York, la mayor de Estados Unidos, regresen a su puesto de trabajo. Esta propuesta ha sido elevada a la ejecutiva del sindicato, que la someterá a votación en una reunión convocada para las 13.00 hora local (18.00 GMT). De ser aceptada, el sistema de autobuses y metro de Nueva York, que mueve cada día a siete millones de personas, podría reanudar sus actividades mañana, viernes, ya que poner en funcionamiento toda la red y reabrir las estaciones requiere unas doce horas. La intervención de los mediadores ha sido determinante para acercar las posiciones entre la MTA y el sindicato, que en los últimos días se ha visto sometido a una enorme presión social, pero también económica y judicial. Los máximos dirigentes del sindicato debían comparecer hoy ante un juez de Brooklyn por "desacato criminal", debido a que la convocatoria de la protesta contraviene una ley de 1967, que prohíbe este tipo de paros a los empleados públicos. El juez Theodore T. Jones advirtió ayer a los sindicalistas que incluso les podía imponer una pena de cárcel, lo que creó una enorme presión hacia el sindicato. La víspera, el juez impuso una multa a la organización de un millón de dólares por cada jornada de huelga, un duro golpe para un sindicato que apenas cuenta con tres millones en activos. A la vista de la posibilidad de desconvocatoria de la huelga, el juez ha demorado la citación cinco horas, hasta la tarde, para ver cómo se desarrolla la votación del sindicato.