Nueva York. Por todo el país, dicen, se enfrenta una nueva amenaza, tan grave que el Congreso y la Casa Blanca han tenido que tomar acciones urgentes para defender el país y el futuro de todos: Estados Unidos ha descubierto un complot contra la Navidad.
La conjura es tan sofisticada y sutil que muchos no se han dado cuenta de que las raíces cristianas de Estados Unidos -el fundamento de la patria misma- están bajo ataque. Pero los analistas y congresistas han descubierto que mensajes tan aparentemente inocentes como "felices fiestas" ocultan lo peor. De hecho, por ahí se descubrió el nefasto complot y la pregunta es: ¿qué y quiénes son los responsables de haber suprimido la frase "feliz Navidad" y logrado que se sustituya con "felices fiestas"? El nivel de alarma se elevó a su punto más alto cuando se descubrió que la Casa Blanca había enviado mensajes navideños que se limitan a decir "felices fiestas" y no se mencionó, de forma explícita, la palabra Navidad. Por eso algunos políticos en Washington tomaron acciones urgentes. La Cámara de Representantes endosó la Navidad por un voto de 401 contra 22. El jueves pasado esa legislatura aprobó un "sentir" de que "los símbolos y tradiciones de Navidad deberán ser protegidos", y resolvió por tanto que desaprueba firmemente los intentos para prohibir las referencias a esa conmemoración. Esta semana la Casa Blanca decidió difundir otro mensaje público titulado "Navidad 2005". Firmado por el presidente George W. Bush, el documento explica que hace más de 2 mil años "una virgen dio a luz a un hijo, y el Dios del paraíso llegó a la tierra. La humanidad recibió a su Salvador, y para aquellos que habían vivido en la oscuridad, la luz de la esperanza había llegado. Cada Navidad celebramos esa primera visita de nuevo, y nos regocijamos en saber que el Dios que vino a la Tierra esa noche aún está con nosotros y permanecerá siempre". El mensaje oficial, emitido por la oficina del vocero de la Casa Blanca, recuerda que la Navidad es tiempo de esperanza y alegría, y pide que en la actual recemos "por la libertad, la justicia y la paz en la Tierra". El mensaje presidencial concluye: "Laura (su esposa) y yo enviamos nuestros mejores deseos para una Navidad bendecida y feliz". No se sabe si la Casa Blanca se vio obligada a reformular su mensaje por la presión de los activistas pro navideños del país, pero podría ser que respondió a la presión pública. El martes, una encuesta de CNN/USA Today/Gallup registró que una abrumadora mayoría de los estadunidenses (69 por ciento, un aumento de 12 puntos respecto al año pasado) favorecen el mensaje de "feliz Navidad" sobre el de "felices fiestas". Pero resulta que la idea de la "guerra contra la Navidad" no es tan nueva, aunque ahora parece ser más marcada que nunca. Es cierto que en estas épocas en los medios conservadores -programas de cablevisión, radio, publicaciones- los comentaristas y líderes de sectores del movimiento cristiano fundamentalista empiezan a hablar de la guerra contra la Navidad, y como fuerzas oscuras (los "políticamente correctos", los ateos, etcétera) buscan anular la mención de Navidad y sustituirla por mensajes que no mencionan ningún día en particular. Según los activistas pro Navidad, todo esto es parte de un complot no sólo contra los cristianos, sino contra la patria. La guerra contra la Navidad aparentemente primero estalló a principios del siglo XX con Henry Ford. El tema fue abordado de nuevo en la década de los 50, cuando se acusó a los "rojos" de promover la campaña antinavideña, reporta The New Yorker. La revista comenta que esta "guerra" continúa hoy, al señalar que el canal de cablevisión Fox News recién trasmitió casi 60 segmentos diferentes sobre los ataques contra la Navidad en un periodo de sólo cinco días. Algunos comentaristas señalan el hecho de que tiendas departamentales y otros comercios están empleando mensajes de "felices fiestas" en lugar del tradicional. Uno de los comentaristas más famosos de Fox News, Bill O'Reilly, recientemente declaró ante las cámaras: "No voy a permitir que las fuerzas anticristianas, opresivas y totalitarias de este país disminuyan y denigren este día festivo. Voy a emplear todo el poder que tengo en radio y televisión para traer horror al mundo de la gente que está intentando hacer eso". Por eso, mientras los comandantes de la guerra en Irak celebran el mensaje navideño, cientos de miles de estadunidenses sin techo buscan posada y los ecos de Katrina dan la vuelta al país, los políticos aquí decidieron que había algo más urgente: manifestar su apoyo a la Navidad como símbolo patriótico. Cuentan que una pareja, María y José, está buscando posada, pero sólo se ha encontrado con bardas dobles, sensores, agentes de la Patrulla Fronteriza y acusación de "ilegales", criminales, y amenazas a la seguridad nacional. Mientras aquí se defiende la fiesta patria de la Navidad -y sus símbolos y tradiciones- pocos se dan cuenta de que Jesús, al parecer, no será autorizado a nacer en Estados Unidos esta vez.