Las ciencias forenses abarcan disciplinas científicas pertenecientes a las ciencias exactas y a las ciencias médicas. La práctica de las ciencias forenses como aplicación de los asuntos judiciales sirve para investigar el delito y, por lo tanto, sirve para identificar el delincuente. La condición sine qua non de la investigación forense es que para poder descubrir, poder identificar, la información que va a suministrarse debe hacerse correctamente y en el tiempo adecuado.
Con frecuencia sucede que cuando aparece alguna nueva disciplina,
técnica o método en una rama de las ciencias, como la medicina, ésta
puede tener aplicación potencial en el área de las ciencias forenses.
Por ejemplo, el descubrimiento de los genes humanos, con propósitos de
identificación, surgió de la genética. Eso significa, que muchas otras
ciencias pueden convertirse en disciplinas forenses, si permiten al
investigador descubrir el delito e identificar el delincuente.De
este fundamento general es que se habla hoy de los sistemas forenses,
entre los que se cuentan la criminalística o investigación científica
del crimen y la medicina forense o legal, como los más consolidados
dentro de un sistema de administración de justicia.Dentro de las
ciencias médicas, las ciencias forenses comprenden a las siguientes
disciplinas: patología, antropología, odontología, toxicología,
radiología, clínica forense y psiquiatría. Dentro de las técnicas
criminalísticas, tenemos: balística, dactiloscopia, antropometria,
lofoscopia, hoplología, la escena del crimen, entre otras. Los sistemas
forenses pueden ser muy variados alrededor del mundo, pudiendo ser muy
avanzados en algunos países, y prácticamente no existir, en otros.Tal
podría ser el caso de la República Dominicana, en el que apenas empieza
a despegar la medicina legal, con la esperanza de que no corra la
suerte de la criminalística, de la forma empírica que le ha tocado.Un
científico de las ciencias forenses puede interpretar datos tales como:
lo que halló en la escena del hecho, la causa aparente, cuándo sucedió,
o cuáles fueron las consecuencias de la violencia desenfrenada; un
científico forense puede documentar y dar su opinión solamente sobre lo
que ha visto, puede determinar si un acto está de acuerdo con la
evidencia encontrada o con los testimonios, pero lo que no puede
esperarse es que una persona que no sea un científico, o que no tenga
esa calidad, pueda emitir un informe firme y certero, sin que su
opinión resista el escrutinio de abogados y de jueces en el tribunal.Dos
realidades derivan de esta situación. Primero, la investigación
minuciosa y ordenada de un caso y la publicación de sus resultados de
manera convincente; en segundo lugar, está la capacidad de persuasión
para que los perpetradores no evadan la responsabilidad de los hechos.Debido
a un problema de falta de recursos y personal, la medicina legal sólo
ha podido aplicarse a unos pocos de los miles de casos que se presentan
durante un año, sino que actualmente la matrícula de residentes,
candidatos a patólogos forenses, se calcula entre treinta a cuarenta,
desde la primera residencia médica que se inauguró en el mes de junio
del año 1996 (la primera promoción realizó su graduación en el mes de
junio de 1998).En algunos países las ciencias forenses trabajan
directamente para las fiscalías, quienes lo hacen a su vez con
policías, y eso puede comprometer su independencia. No obstante, el
sistema ideal sería aquel en que los peritos forenses hicieran su labor
distantes de las instituciones que pueden influenciar su dictamen; es
necesario que se establezcan normas que garanticen la independencia de
los médicos forenses con respecto a fiscalías y policías. Resta
apuntar sobre la brecha existente y que contrasta entre las realidades
políticas y la capacidad medicolegal existente. Cuando se anota como
causa de la muerte, deficiencia cardiaca o edema pulmonar, y no se
señala aquello que lo provocó, el informe puede ser falso, o puede
cuestionarse la competencia o incompetencia del médico. La historia de
los informes vagos, deshonestos y falsificados, de los cuales el mismo
patólogo se ha puesto de acuerdo con las autoridades, con el fin de
ocultar la verdadera causa de la muerte pudiera ser una lamentable
realidad entrenosotros.Existe en muchos países, que como
regla de la fase de instrucción, se permitan en las autopsias a peritos
que representan a la parte defensora, además del prosector que trabaja
para el sistema.A menudo, es de oportuno interés establecer la
interrelación que resulta entre las ciencias jurídico-penales, la
criminología y las ciencias forenses. Para lo cual debemos tener muy
pendiente, que el derecho penal es quien define el delito, determinando
la normativa de la investigación criminal; la criminología explica los
factores asociados al crimen práctico, es decir, al crimen ya cometido,
y las ciencias forenses, son las que tienen por misión descubrir el
delito mediante el diagnóstico y la investigación; establecer cuáles
han sido los propósitos del delincuente al hacerlo. El crimen tiene que
ser investigado, y si no puede ser descubierto, entonces las ciencias
forenses no sirven; son, como ha dicho alguien, una "ciencia basura".Es
por eso, quizás, que lo forense significa encontrar la prueba, para lo
cual es necesario aplicar un conjunto de técnicas que «construyen al
individuo», «descubren la verdad de los hechos».Las ciencias
forenses estudian la verdad judicial; esta verdad se consigue a través
de un conjunto de técnicas de la que hablaremos más adelante, las
mismas que conforman cada unos de los métodos que se estudian en
loscapítulos de la Parte especial del presente libro. La historia
de la medicina legal es la historia de la investigación de la verdad
que obedece a las prácticas judiciales de una época en particular, pero
en todo momento esta verdad judicial depende de una condición interna,
es lo que se llama la autopsia, y de una condición externa, que es la
escena del crimen.Para cualquier ciencia o arte de la realidad,
la manera más singular de producir esta verdad es la prueba, una suerte
de práctica social, que es intrínseca a la dinámica social. Pero que en
la dimensión jurídica, establecerla implica necesariamente hacerla
pasar por medio de un sistema de verificación y comprobación de verdad.
Si va a ver una investigación, o por medio de un testigo, cuando se
apela a quien observó el hecho, o por el descubrimiento final, si ha de
ser resuelto por una institución o Policía en la que pueda ser
establecida la responsabilidad de lo sucedido.Pero esto no es en
su esencia el modelo médico para poder encontrar esta verdad.
Veamos, por ejemplo, lo que tiene que ver con la Policía Judicial que,
como sabemos, constituye el órgano principal de la investigación
criminal; y que, a su vez, la medicina legal es una función de esta
Policía Judicial.En buena técnica judicial, los cuatro elementos
del descubrimiento del delito son necesarios a los efectos de una
condena. Estos elementos juntos hacen de las ciencias forenses un
saber judicial-procesal completo. Si faltase uno de ello sería
incompleto, pues el complemento del quién es su cómo, su dónde y su
cuándo. Desde el punto de vista medicolegal, decimos que descubrir un
delito implica dos aspectos para lograr su verificación: 1) que la
práctica médica sea esencialmente diagnóstica, 2) que la verificación
sea de laboratorio.Recordemos la expresión de Driesch, cuando
dice: «saber una cosa es ordenarla en sus elementos formales
expuestos». El error, más que un saber equivocado es un saber que no
sabe. Las ciencias forenses son disciplinas auxiliares del
derecho penal. La eficacia del derecho penal depende, en buena parte de
la eficacia de las ciencias forenses. La naturaleza de la
criminalística es explicativa, naturalística. Al igual que la física,
la química, la medicina legal, antropometría, fotografía,
dactiloscopia, balística; es un ciencia o arte de la realidad,
sin pretensiones normativas: «La criminalística es bastante más que un
conjunto de conocimientos prácticos de índole heterogéneos; es un
sistema de conocimientos bien suministrados por ciencia o arte».Tanto
como la medicina legal, como la criminalística tienen por finalidad el
descubrimiento del delito y del delincuente, también de la víctima o
perjudicado del delito. El por qué la existencia del hecho que se
acredita al descubrimiento del delito fijan con exactitud las
exigencias tiempo-espaciales. Continuando con el diccionario OMEBA, dos
momentos de este descubrimiento: «a) práctica policial y; «b) responsabilidad jurídico-social y garantía constitucional.«Saber
un hecho punible es demostrarlo, es probar este descubrimiento.
Recordamos ciertos supuestos de importancias penales. El delito
imposible, prescripción; ejercicios de acciones penales, autorías».Los
conocimientos que suministran las ciencias forenses al derecho penal,
tiene una explicación externa a lo penal; la verdadera finalidad de
estos conocimientos se mueve dentro del campo del delito. Como
disciplinas auxiliares del derecho penal se ocupan del descubrimiento y
de la comprobación científica del delito y del delincuente. Y esta
comprobación, vista en su conjunto, constituyen las ciencias forenses,
y el estado formal en que éstas ocurren lo es el laboratorio, que es el
método propio de las ciencias exactas.En resumen, la medicina
forense conoce la importancia de la causalidad en sus distintas formas
(directas o indirectas, concausas y ocasionales); conoce de la
imputación, de la valoración de la prueba, de las normas y
procedimientos, de las leyes aplicables en el derecho médico, de las
normas deontológicas, de la naturaleza de la pericia, que son cada vez
más complejas y numerosas.Existe definitivamente un concepto
moderno de medicina legal. No obstante, siempre será de gran valor los
distintos temas clásicos de la medicina forense: el estudio del
cadáver, valoración de los daños personales, entre otros; en el
concepto moderno se ha incrementado la necesidad de perfeccionar y
profundizar los conocimientos en las principales áreas de la medicina
legal, tales como son: la bioética, la nueva tanatología, la
toxicología y la psiquiatría, y otras distintas especialidades médicas
y de las ciencias exactas, así como de las áreas quirúrgicas.