A pesar de que soy amigo de Bauta Rojas Gómez, el secretario de Salud Pública, me resistía a escribir sobre él, pero no podía aguntar más y decidí hacerlo. De entrada quiero decir que el decreto mediante el cual el presidente Leonel Fernández lo designó en la Sespas es uno de los más acertados de los tantos que ha firmado el gobernanrte.
Inmediatamente el ex senador por Salcedo llegó a la Sespas 'terminaron' los conflictos con las organizaciones del sector, léase el Colegio Médico Dominicano y los gremios de enfermeras y bioanalistas. No bien llegó este funcionario al cargo ya estaba en la mesa de diálogo con los representantes de esos profesionales, a los fines de buscarle salida a los conflictos. No es que pretenda, con estos comentarios, echarle lodo al anterior titular de ese organismo, de ninguna manera. La idea es reconocer que la medida presidencial fue acertada y que en la Sespas hacía falta un funcionario sensible. Así es Bauta Rojas Gómez, a quien conocí hace algunos años a través de amigos comunes. Estoy hablando de un hombre que es capaz de escuchar. Fue designado allí para enfrentar y/o paliar los problemas del sector salud, y lo está haciendo. Sun intención. De ninguna manera su intención es crear conflictos, sino procurar que en los hospitales haya medicinas, que los pacientes reciban un trato digno y que los médicos cumplan con su responsabilidad. Esa es la prioridad de la salud pública. No hay dudas de que las cosas están cambiando. Pero todavía falta mucho. El presidente, suponemos nosotros, sabe que tiene un buen secretario de Salud Pública. Y sabe que hizo una de las mejores elecciones al poner en manos de un hombre de su partido, pero sobre todo buen ciudadano, una dependencia que es fundamental para atender uno de los puntos neurales de toda sociedad organizada. No he hablado personalmente con Bauta Rojas después de su designación, pero estoy en el deber de reconocer en él las condiciones que tiene de excelente funcionario. En su tiempo de legislador, ocupando un escaño en representación de la provincia de las Hermanas Mirabal (Minerva, Patria y María Teresa) lo hizo muy bien. Por qué no hacerlo mejor en una posición tan importante. Quiero destacar, además, que este hombre no polemiza con nadie, porque no fue para eso que el presidente Fernández puso esa responsabilidad en sus manos. Lo que sí él debe hacer es promover lo personalmente prefiero llamar como 'alianza estratégica' de todos los actores del sector salud para lograr lo mejor para el sistema sanitario nacional. En esa alianza deben estar, en primer orden, el Programa de Medicamentos Esenciales (Promese), así como las demás entidades vinculadas a la Sespas. El CMD, los sindicatos de enfermeras, los de bianalistas y los de la sicólogos, entre otros, tienen que estar allí para que la situación de los hospitales siga mejorando, como en efecto ocurre en este momento. Tengo la convicción de que cuando se pase revista al trabajo realizado allí, y si se llegara a comprar una gestión con otra, sin importar cual sea, la de Bauta Roja Gómez tendrá una presea muy importante. Quiero aclarar, de otro lado que lo único que sé es que el despacho de Bauta Rojas está en uno de los pisos del edificio que aloja a la Sespas, en la avenida San Cristóbal esquina Tiradentes.