MIAMI. -El 2005 trajo decenas de conciertos de estrellas latinas a Miami, a pesar de algunas suspensiones y postergaciones a causa de los devastadores huracanes, pero los que ofrecieron Willy Chirino el 19 de octubre en el James L. Knight Center y Juan Luis Guerra el 29 de mayo en la American Airlines Arena superan a todos los otros que nos correspondió presenciar.
Celebrando los 35 años de carrera con base en Miami, Chirino demostró durante casi tres horas su calidad y versatilidad como músico, y con la ayuda de efectos audiovisuales preconizó la unidad de los cubanos de allá y los de acá.
Tras confirmar su gran poder de convocatoria, repletando la sala con capacidad para unas 4,500 personas, Willy finalmente fue reconocido por la Academia de Artes de la Grabación, la que lo nominó recientemente para un premio Grammy por su más reciente producción discográfica, Son del alma, en la categoría de salsa. En febrero sabremos si conquista el gramófono con el que se distingue a lo mejor de la industria disquera estadounidense.
El elaborado espectáculo de Chirino tuvo tal acogida entre el público, –no tan sólo el cubano, sino también de otros países latinoamericanos–, que el 4 de febrero volverá a presentarse en la inmensa sala de espectáculos del downtown con todos los elementos utilizados en octubre.
Aunque los organizadores no han confirmado si volverán a tocar con Chirino estrellas de la música como el trompetista Arturo Sandoval, el bajista Israel ''Cachao'' López, el flautista Néstor Torres y el salsero venezolano Oscar D'León, de seguro que el llamado ''Gigante de Pinar del Río'' tendrá otros invitados ''sorpresa'' en esta ocasión.
Por su parte, el público estuvo más tiempo de pie que sentado en el show que Juan Luis Guerra y la 440 dieron en la Arena de Biscayne Blvd. No hacían falta sillas, fue el título de la reseña entonces. El espectáculo formó parte de su gira de promoción del CD Para ti, donde Guerra pone por delante su profunda devoción religiosa, pero el repertorio estuvo integrado por éxitos de toda su carrera, como Ojalá que llueva café y Burbujas de amor.
Otros conciertos que se destacaron en los últimos meses del 2005 fueron los que ofrecieron el colombiano Carlos Vives, la peruana Tania Libertad y el infalible Luis Miguel.
Vives actuó en el Hard Rock Café del Casino Seminole de Hollywood junto a su grupo de vallenato La Provincia, llenando la sala de espectáculos de bote en bote y haciendo bailar a todos los presentes con los temas de su nuevo álbum, El rock de mi pueblo, y títulos que han pasado a formar parte de su repertorio tradicional iniciado hace 20 años, como La gota fría, Maite y Fruta fresca.
Por su parte, Tania Libertad, una intérprete de los más diversos tipos de música latinoamericanos, dio cátedra de canto en el Dade County Auditorium, mezclando sus nuevas grabaciones con los temas que siempre esperan sus fieles admiradores.
La vocalista peruana residente en México desde hace 25 años interpretó temas de sus discos nuevos como Procuro olvidarte, Por debajo de la mesa y Dos gardenias, junto a canciones de siempre de la estatura de Fina estampa, Que viva Changó y Ojalá, recibiendo constantes ovaciones de los presentes.
Y el broche de oro de los conciertos lo puso Luis Miguel, quien culminó su gira México en la piel en el American Airlines Arena, confirmando las predicciones hechas hace más de 10 años por Julio Iglesias de que el llamado ''Sol de México'' sería su sucesor como el intérprete hispanohablante más famoso del mundo.
Sin correr mayores riesgos, Luismi basó su espectáculo de casi dos horas en los boleros que lo llevaron a la fama en 1991 y en temas de México en la piel, el que recibió una nominación al Grammy estadounidense, dejando más que satisfechos a sus admiradores.
Otro acontecimiento único fue presenciar a Chayanne, Marc Anthony y Alejandro Fernández en concierto en el American Airlines Arena como parte de su gira nacional Juntos. Cada uno dio lo mejor de sí: Chayanne destacándose con sus coreografías e himnos pop bailables, Marc con sus desgarradoras baladas y bombas salseras, y Alejandro con sus rancheras, acompañado de mariachis. Un momento histórico fue cuando los tres cantantes hicieron una reaparición sobre una tarima movible que se desplazó como una alfombra mágica por las alturas del arena mientras cantaban el tema Amigo de Roberto Carlos.
Aunque hubiésemos querido verle cantar más en el escenario del Gusman Center, Simón Díaz, el legendario compositor y cantante venezolano, emblema de la tonada de su país, fue un regalo del 2005 para Miami. Venía a promover su disco Mis canciones, antología de algunos de sus éxitos, y el encuentro por vez primera con el público local en un teatro grande de la ciudad demostró por qué se le admira y se le quiere tanto.
Aun caliente su segundo CD, Island Life, el grupo neoyorquino Yerba Buena vino el 23 de septiembre al Polish American Club, de 1250 NW 22 Ave., para dejar una grata impresión, lo mismo entre sus fans que entre quienes no les conocían. El disco tiene un alto grado de elaboración digital y reúne a invitados como Orishas, Peret y Diego El Cigala, pero Yerba Buena demostró que no le hacían falta muchos ardides técnicos y que tampoco era imprescindible la presencia de otras estrellas para poner a gozar a todo el mundo.
La Ley se despidió de sus fans miamenses con un íntimo concierto en la Universidad de Miami. El místico trío combinó éxitos tempranos como Mentira con hits más recientes como Mírate y ofreció un show lleno de dinamismo, sensualidad y glamour retro, con covers de los Rolling Stones y Duran Duran.
Una presentación igualmente memorable fue la de Laura Pausini en el James Knight Center, durante la cual la italiana interactuó cálidamente con la audiencia y mostró su potencial de diva al cambiarse múltiples veces de vestuario e hipnotizar a sus seguidores con clásicos de su repertorio como Se fue y Entre tú y mil mares, que la hicieron merecedora de varias ovaciones.
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