Santo Domingo.- Lo curioso de la política dominicana no es que haya disputa de cara a las elecciones, sino lo rara que se está poniendo, que se intente poner a pactar a Marino Vinicio Castillo con Hatuey Decamps, como se logró con Joaquín Balaguer y Juan Bosch en el 1996 en torno a la candidatura del entonces candidato Leonel Fernández.
Hace cierto tiempo que el presidente Leonel Fernández logró juntar al doctor Marino Vinicio Castillo y su Partido Fuerza Nacional Progresista (FNP) con un hijo de su vilipendiado hoy difunto doctor José Francisco Peña Gómez y el único partido creado por este, el Bloque Institucional Social Demócrata.
En el hijo de Peña Gómez, José Francisco Peña Guaba, heredero de BIS, director del Inespre, pesó más el “pragmatismo” que los sentimientos por la memoria de su padre ante sus “verdugos” en vida. Para el presidente Fernández resultó un logro político de mucho simbolismo.
Ya en torno a Fernández se había hecho el gran milagro, cuando en el 1996 pudo encabezar el Frente Patriótico contra el doctor Peña Gómez y lograr que dos personajes tenidos como archienemigos políticos se tomaran de las manos y la levantaran en señal de apoyo a su candidatura, como fue el caso del profesor Juan Bosch y el presidente de ese entonces Joaquín Balaguer.
De modo que el presidente Fernández ha sido un factor de unión de contrarios y por eso intenta ahora propiciar su último “acto de magia”, unir en torno a su proyecto político de cara las elecciones de este año al doctor Marino Vinicio Castillo y a Hatuey Decamps y a su Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD).
Fernández que logró en las elecciones del 2004 un apoyo de un sector del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) falló el año pasado en su intento de amarrar una alianza con el sector institucional encabeza Federico Antún, y en esa orientación es su único revés que le es conocido al mandatario.
Si lograse “aliar” a Castillo con Decamps, el mandatario estaría desatando uno de los nudos de enemistad más viejo de nuestra política, que se remontan al 1978, cuando el triunfo del PRD y que tuvo en el polémico abogado al más desafiante escamoteador de la victoria blanca.
Castillo y Decamps protagonizaron en ese entonces uno de los pocos debates televisados conocidos, que al decir de la opinión de entonces lo ganó el otrora dirigente perredeísta que hoy se ha declarado enemigo acérrimo del mismo.
Con el tiempo, el doctor Castillo se encargó de presentar a Decamps como uno de los representantes de la “narcopolítica”, al igual como presentaba a Peña Gómez, padre de Peña Guaba.
Hay quienes sostienen que la alianza con Decamps y su partido sería al menos el mejor pretexto para Castillo abandonar el Gobierno, ya que desde un principio no ha estado satisfechos con el trato que le ha sido dispensado, y muy en particular con el manejo del Gobierno hacia Ramón Báez Figueroa, de quien es defensor en el caso de la quiebra del Banco Intercontinental.
Pero el doctor Castillo tiene otro motivo: Desea que su hijo, el diputado Pelegrín Castillo, fuera llevado como candidato a Senador por el Distrito Nacional en la coalición de partidos de la que forma parte y que encabeza el PLD, sin embargo, todo apunta a que lo será Reinaldo Pared, secretario general del partido morado.
Este miércoles, el historiador, Hugo Tolentino Dipp, aseguró que Hatuey Decamps “se va a sumar al PLD simplemente para evitar que le cuenten los votos… y además para impedir que el PRD pueda alcanzar mayores votos".
Todo esto viene a cuento porque Decamps sostendrá una reunión con el presidente Leonel Fernández para definir el acuerdo electoral, que de antemano es criticado por Marino Vinicio Castillo, actual aliado del partido morado.
La posición de Castillo
En la víspera Marino Vinicio Castillo (Vincho) amenazó con separarse del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) si esa organización llega a un pacto electoral con Hatuey Decamps, lo que haría después de meditar frente a la tumba del profesor Juan Bosch, en La Vega.
Vincho Castillo declaró que mantiene “todas las acusaciones y las cosas serias que yo hice” contra el PRD, “las sostengo, y no me desligo de esas cosas”, incluyendo imputaciones lanzadas en el pasado contra el presidente del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD).
El líder de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) dijo que respeta la posición del presidente Leonel Fernández con relación al pacto con el PRSD, pero “espero que él respete mi parecer”, tras considerar imposible su participación en un eventual frente en el que figure Decamps.
Observó que dentro del PLD se ha maniobrado para lograr un pacto con Decamps, como forma de "separarnos a nosotros de una alianza que viene desde 1993". Y dijo que para él sería incómodo, muy incómodo, permanecer en un frente junto al PRSD, razón por la cual estaría dispuesto a dejar la coalición. Indicó que el presidente Fernández, apoyado por los grupos que integran la llamada ‘Concertación Democrática’, no ha experimentado ninguna merma junto al PLD, por lo que determinó que lo único que falta para ganar las elecciones de mayo “es trabajar, trabajar a plenitud y en todos los planos”.
“Hay que trabajar desde el plano más alto, los dirigentes más experimentados, los de más connotación pública, hasta los cuadros intermedios del PLD. Si se lanzan a la calle a trabajar van a obtener resultados magníficos”, sentenció Castillo, entrevistado en el Programa Matinal, por el Canal 5.
Sostuvo que “en forma inexplicable se desarrolla una corriente ahí dentro (en el PLD) para atraer una corriente del PRD que formalmente es más representativa del PRD que el propio PPH”, corriente de la que dijo lleva encima una “carga de escándalo reciente y peligrosa”, que se convirtió en “el rámpano del PRD, el tumor del PRD”.
Y también volvió a cuestionar el anunciado pacto entre el PRD y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), coalición que, según su juicio, gira en torno a una especie de “reparto absurdo de posiciones” y en el que el Proyecto Presidencial Hipólito (PPH) mantiene primacía.