Bagdad.-Tras las elecciones del pasado 15 de diciembre de Irak, la violencia de los insurgentes se ha recrudecido enormemente. Hoy, una oleada de atentados suicidas ha acabado con la vida de más de 80 personas. El atentado más cruento ha tenido lugar en la ciudad santa de Kerbala, frente a las dos mezquitas más sagradas del chiísmo, donde un suicida ha causado al menos 49 muertos. En Ramadi, un atentado contra un centro de reclutamiento de la policía ha acabado con la vida de 35 personas.
Un terrorista suicida ha hecho estallar su chaleco explosivo en medio de la multitud congregada en la plaza que conecta las dos mezquitas chiíes más importantes, la del Imán Hussein y la del Imán Abbas, los centros más sagrados del chiísmo. Al menos 49 personas han muerto y decenas más han resultado heridas. Las mezquitas de Hussein y de Abbas, nietos del profeta Mahoma, son centro de peregrinación para los fieles de esta rama del islam de todo el mundo. La ciudad está en estos días plagada de peregrinos procedentes de Irán, Pakistán y la India, que desean pasar en la ciudad la fiesta del Aid al Adha (o sacrificio del cordero), que se celebra el próximo martes.
Situada al sur de Bagdad, Kerbala ha sido objeto de algunos atentados cometidos por la insurgencia, integrada por suníes en su mayoría, contra los intereses y los intereses civiles y religiosos de los chiíes. La ciudad ya había sido escenario hace dos días de un atentado, que sólo causó tres heridos. Desde diciembre de 2004, Kerbala había permanecido relativamente tranquila. En marzo de ese año, varios atentados coordinados perpetrados durante una importante festividad religiosa chií acabaron con la vida de más de 90 personas.
Pero la violencia terrorista no se ha detenido con esta matanza. Apenas unas horas depués, otro terrorista se ha inmolado junto a las decenas de aspirantes que hacían cola junto a un centro de reclutamiento de la policía y del ejército en la ciudad de Ramadi, situada al oeste del país, en la conflictiva provincia de Al Anbar, feudo de la insurgencia suní. Fuentes hospitalarias han informado de haber recibido 35 cuerpos después del atentado, además de atender a 30 heridos. Según France Presse, más de 1.000 hombres, de edades comprendidas entre los 25 y los 35 años, hacían cola para alistarse en el nuevo ejército iraquí o en la policía, por lo que no se puede descartar que aumente el número de víctimas.
Ramadi es una de las ciudades más conflictivas del país, ya que está situada en la provincia de Al Anbar, que hace frontera con Siria en el oeste de Irak. Esta provincia ha sido escenario de múltiples ofensivas militares estadounidenses debido a que está considerada como el feudo de la insurgencia, compuesta en su mayoría por suníes.
Finalmente, se han producido otros tres atentados con coche bomba en Bagdad, que se han saldado con la muerte de al menos dos personas y con al menos seis heridos.