BAGDAD (AP) – Las autoridades militares estadounidenses anunciaron hoy la muerte de otros seis soldados en la reciente ola de violencia desencadenada en Irak, lo que elevó a once el número de estadounidenses muertos en el mismo día. Un infante de marina y un soldado murieron a causa de un atacante suicida que se infiltró el jueves en una fila de reclutas para la policía en Ramadi, y otros dos soldados murieron en la zona de Bagdad cuando su vehículo detonó una bomba enterrada, dijeron los militares el viernes.
Dos infantes de marina murieron en ataques separados el jueves durante operaciones de combate, agregaron. Otros cinco soldados murieron al detonar una bomba en un camino al sur de Karbala, según habían anunciado previamente.
Por lo menos 189 personas murieron el miércoles y jueves en una serie de ataques suicidas y bombas.
La muerte de once soldados estadounidenses fue la mayor cifra mortal en un solo día desde que otros once murieron el 1 de diciembre, cuando diez infantes de marina murieron por la explosión de una bomba durante una patrulla callejera cerca de Faluya.
Por lo menos 2,194 soldados estadounidenses han muerto desde el comienzo de la guerra, según un recuento de la Associated Press. Los nombres y procedencias de los once muertos el jueves no fueron dados a conocer inmediatamente.
Atacantes suicidas se filtraron el jueves en una fila de reclutas policiales en Ramadi y en un grupo de peregrinos chiítas en Karbala y mataron a 125 civiles, un fuerte aumento en la violencia poselectoral y el cuarto día más mortífero en Irak desde la caída de Saddam Hussein en el 2003.
Las esquirlas despedidas por el chaleco con explosivos del atacante suicida yacían dispersas junto al principal santuario de la rama chiíta del islam en Irak, tras el ataque el Karbala. Por lo menos 63 personas murieron.
En Ramadi, un bastión de los insurgentes sunitas a 112 kilómetros al oeste de la capital, el capitán de infantería de marina Jeffrey Pool dijo que los reclutas policiales volvieron a formar fila después del ataque suicida. Por lo menos murieron 56 reclutas, al parecer desesperados por conseguir un empleo relativamente bien pago en la zona empobrecida.
El principal partido religioso chiíta en Irak, el Consejo Supremo para la Revolución Islámica, emitió una velada amenaza a los sunitas que apoyan la insurgencia advirtiendo que se estaba acabando su paciencia.