MANHATTAN, Nueva York.-Miles de empleados y trabajadores de este estado, mucho de ellos dominicanos, comenzaron a beneficiarse de un aumento salarial, a partir del primero de enero, al entrar en vigencia una ley que eleva en 75 centavos la hora de trabajo para los servidores de supermercados, restaurantes, bodegas, estaciones de gasolina, tiendas de calzado y tejido, entre otros establecimientos. El salario mínimo será de $6.75 dólares la hora.
Sin embargo, de acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Supermercados, Luís Salcedos el aumento de salario saldrá del bolsillo de los consumidores porque los empleadores aplicarán un aumento del dos por cientos a los precios de los diferentes productos y artículos de consumo.
“La situación con la política de estas cosas es que, a la larga, es el consumidor el que paga por todo esto, incluyéndome a mi”, puntualizó.
Tras señalar que los empleados y empresarios son atacados por “estas medidas de la ley”, Salcedo aseguró que no tienen otra manera de cumplir con el aumento salarial que no sea “aumentar los precios de los productos, porque al final del día el costos de operación es cada vez más alto”.
El dirigente comercial ve como “difícil” la situación de los negocios por el alto costo de la renta, los impuestos que cobra la ciudad, los servicios de electricidad, gas y calefacción.
El salario mínimo del país esta establecido en 5.15 dólares la hora, pero en el estado de Nueva York los empleados devengaban sueldos des $6.00 dólares por hora hasta el 2005. A partir del 1ro. De este año todo trabajador o empleado que esté en el nivel mínimo de salario, recibirá un aumento de $6.00 dólares por día. Es decir, para un empleado que trabaje 40 horas a la semana, el aumento será de $30.00 dólares, con lo que su sueldo semanal se eleva de 240.00 dólares a $270.00.
Aunque el aumento salarial recaerá, definitivamente, en los consumidores, muchos empleadores desde ya buscan fórmulas para equilibrar sus gastos y poder cumplir con la disposición. Entre algunas medidas, podrían recurrir a una reducción del personal y quitarles horas de trabajo, lo que forzaría a aumentar el rendimiento laboral de cada trabajador e incrementaría el desempleo.