Jerusalén.El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, pasó su tercera noche en un hospital de Jerusalén tras una nueva operación quirúrgica, pero con pocos indicios de si podrá recuperarse de un derrame cerebral.
Su salud permanece crítica y los médicos que lo atienden indicaron que se le mantendrá en un estado de coma inducido por al menos dos días más.
El hospital en el que está internado informó que se le practicó un nuevo escáner cerebral, lo cual es un procedimiento de rutina, pero los resultados no serán divulgados sino hasta cuando el sol se ponga, lo cual marca el fin del Sabat.
Como señal de la preocupación del gobierno de Estados Unidos por la situación del primer ministro israelí, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, canceló un viaje de una semana a Australia e Indonesia.
Se espera que Rice forme parte de una delegación de alto nivel, que posiblemente incluya al presidente George Bush, que viajará a Israel en caso de que muera Sharon.
Intervención
Desde que sufrió un derrame cerebral masivo el miércoles en la noche, el líder israelí ha sido sometido a dos operaciones quirúrgicas.
En la primera se buscaba detener la hemorragia cerebral, y en la segunda los cirujanos redujeron la presión intracraneal.
Uno de los neurocirujanos, Félix Umansky, dijo que el derrame que sufrió Sharon "es serio pero no irreversible" y añadió: "no sé si se recuperará 100% pero espero que así sea".
"Esta mejorando. Necesitamos esperar dos o tres días para hacer otros exámenes y si no hay problemas lo trataremos de sacar de su estado de coma", apuntó.
Horas antes -durante la última intervención quirúrgica- el encargado del gobierno israelí, Ehud Olmert, le dijo a la BBC que pensaba que Sharon estaba en sus últimos días u horas de su vida.
"En el caso de una hemorragia masiva, la prognosis es catastrófica", declaró el especialista francés, profesor Pierre Aamarenco a la agencia de prensa AFP.
Las consecuencias del deterioro de salud de Sharon no sólo se han sentido dentro de Israel, a pocos meses de las próximas elecciones.
En tanto, el gobierno israelí aseguró que continuará llevando adelante las políticas actuales, pero que necesitarían un par de días para ajustarse a la ausencia del primer ministro.
En caso de que Sharon muera o quede incapacitado su sucesor deberá ser nombrado por un voto del gabinete, hasta las próximas elecciones.