Los organizadores del Clásico Mundial de Béisbol (WBC, por sus siglas en inglés) se aliaron a la Federación Internacional de Béisbol, que preside el italiano Aldo Notari, para montar el evento con 16 equipos de los cinco continentes, en interés de darle un carácter universal.
Esa alianza no es casual, ni es por la linda cara de los que dirigen el béisbol federado, recientemente erradicado de los Juegos Olímpicos, después de Beijing 2008.
Sucede que sólo Estados Unidos, República Dominicana, México, Puerto Rico y Venezuela, pueden presentar escuadras con jugadores que pertenecen a los equipos de los Estados Unidos, y por ende al entorno controlado por Major League Baseball (MLB).
El resto, Corea, China, Japón, Taiwán, Canadá, Africa del Sur, Panamá, Antillas Neerlandesas, Cuba, Italia y Australia, tienen que presentar equipos con jugadores del patio, complementados con jugadores prestados, nacionalizados, de doble nacionalidad, etc., la mayoría desconocidos y propiedad de las federaciones nacionales.
De ahí que la MLB ha ofertado los recursos para el montaje de la justa y un “dinerito” extra para los países participantes, que además recibirán el respaldo “moral y económico” de los gobiernos de turno de sus respectivas naciones.
Ello quiere decir que muchas de esas federaciones de béisbol estarán manejando la mayor cantidad de dinero en toda su historia, y ese ha sido el principal anzuelo motivacional para que los países se hayan involucrado en la justa.
En el caso de Dominicana, hay que aclarar que la federación puso en manos de un comité gestor el aparataje del equipo nacional, porque ese organismo (la Fedobe) no tiene forma de bregar con los David, Albert, Manny, Vladimir, Tejada, Pedro, entre otros.
Sencillamente no tiene jurisdicción sobre ellos, ni cuartos que ofrecer
Hasta a Stanley Javier, un hombre de béisbol, se le ha hecho difícil conseguir el concurso de ese grupo de hombres que responde a los intereses de sus equipos de Grandes Ligas.
Ahora con el lío del veto a Cuba, por parte del Departamento de Tesoro de los Estados Unidos, y el embargo que le impone esta nación, la Federación Internacional de Béisbol amenaza con retirar el aval a la justa y ha recibido apoyo de casi todas las federaciones nacionales aunque sea en contra de su voluntad.
Es muy probable que al final del túnel una lucecita haga salir a camino ese aventurero Clásico que trata de complacer el ego de la minoría.
Pero, justo es decir que de ese “arroz con mango” que trata de echar al ruedo estrellas de Grandes Ligas con jugadores sin incidencia en el mundo beisbolero, aprovechando los nombres sonoros de unos cuantos, hasta ahora a la MLB le ha salido “el tiro por la culata”…