JERUSALÉN.- Médicos del hospital Hadasa de Jerusalén, donde está ingresado el primer ministro israelí, Ariel Sharon, desde el 4 de enero se muestran "muy preocupados" de que no consiga despertar del coma inducido a pesar de que el miércoles le retiraron de forma definitiva los sedantes. Según el último parte médico, el estado de Sharon es "grave, aunque estable". Los facultativos realizarán hoy varias pruebas neurológicas y a ofrecerán un nuevo parte a las 14:00 hora local, una hora más en la España peninsular.
Medios de comunicación locales, como la web del diario Maariv, recogen la preocupación de fuentes hospitalarias por el hecho de que el mandatario israelí no despierta.
La radio pública israelí es aún más pesimista, ya que citando el dictamen de varios especialistas, la situación del primer ministro, de 77 años, es "muy alarmante". Alguno de los especialistas ha señalado a este medio que "la hora de la verdad se aproxima".
Según la opinión de los expertos, el peso y los restos de la anestesia que aún permanecen en el cuerpo del primer ministro pueden estar retrasando el momento en que salga del coma.
Los dos hijos del primer ministro, Omrí y Guilad, se encontraban esta mañana junto a su cama en la unidad de cuidados intensivos de neurocirugía del hospital Hadasa.
Sharon fue sometido anoche a una nueva intervención quirúrgica para retirar un sistema de catéteres empleado para drenar las hemorragias que sufrió, dado que la última tomografía computerizada reveló una ligera mejora en su estado y que no había restos de sangre en el cerebro.
Al abrigo de los últimos partes médicos han crecido los rumores que apuntan a la existencia de una enfermedad llamada angiopatía amiloidea sólo diagnosticada después de su primer infarto. Un doctor de su equipo reveló que esta patología fue ocultada por "motivos políticos".
Según este facultativo, tenían miedo de que esta información se usase en contra del primer ministro, en particular a la vista de que este tipo de angiopatía es a menudo asociada con el Alzheimer.