San Juan, Puerto Rico. -Un puertorriqueño que estuvo varado por once años en República Dominicana debido a que perdió sus documentos de identidad y las autoridades estadounidenses no le creían que no era dominicano, culminó hoy su odisea al pisar finalmente tierra borincana. "Me siento muy feliz, contento", dijo Wilfredo Monclova a su llegada al puerto de la ciudad occidental de Mayagüez, a donde arribó en un barco que viaja entre los dos países.
Monclova, quien fue recibido como todo un héroe, adelantó que seguirá viajando a República Dominicana porque allá residen tres hijos, de 15 a 18 años de edad.
"Le doy las gracias a las autoridades dominicanas por haberme ayudado en mi caso cuando solo fui allá a llevarle dinero a mis hijos", dijo al salir del área de Inmigración y Aduana del muelle mayagüezano.
Contó que en República Dominicana, muchos le decían que se uniera a uno de tantos viajes ilegales que se realizan anualmente a Puerto Rico.
"No lo acepté, pues yo no soy un indocumentado… Me decían 'te vas en yola, te coge Inmigración y te meten preso y los familiares te sacan"', explicó.
El problema que enfrentó Monclova fue que, tras perder los documentos de identidad, la embajada estadounidense en la vecina nación no dio credibilidad a los primeros documentos que presentó para probar su nacionalidad: su acta de nacimiento en Fajardo, Puerto Rico, y un informe de la escuela en la que estudió hasta los nueve años en el municipio de Naguabo.
Previo a quedarse varado en República Dominicana, se le habían extraviado tres pasaportes, uno de ellos en Dominicana en 1988 y otro en 1989 en Nueva York.
El tercero le fue incautado entre el 1992 y 1993 por las autoridades migratorias estadounidenses en el aeropuerto internacional de San Juan, Puerto Rico, para verificar su validez. Cuando lo llamaron poco después para que fuera a recogerlo, no lo hizo porque vivía muy lejos.
Pero, ahora, promete "tomar más cuidado con mis papeles para que no ocurra nada".
Monclova fue recibido en el muelle mayagüezano por el cónsul de la República Dominicana en el oeste de la isla, Máximo Taveras. Varios comerciantes le entregaron una bandera de Puerto Rico y obsequios.