SANTO DOMINGO.- La situación habitacional en nuestro país representa un verdadero desafío para la elaboración de un plan nacional de desarrollo de los asentamientos humanos y la reducción de la pobreza, expresó la directora del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI).
La arquitecta Alma Fernández expresó “no se trata sólo de construir viviendas, sino de vincularla de manera integral a las condiciones de vida adecuadas, garantizando el acceso a los servicios e infraestructura básica, eliminación de desechos, prevención de salud, educación, obras viales, disposición de aguas residuales, entre otros”.
Si bien es cierto que al Estado le corresponde establecer leyes y regulaciones en la materia, es una responsabilidad tanto del sector privado como público impulsar el desarrollo de la vivienda, explicó la funcionaria, en una conferencia dictada este jueves ante cientos de profesionales y empresarios con motivo al 43 aniversario del CODIA.
La funcionario hizo un esbozo de los principales proyectos de la institución y dijo que en lo que va de gestión se han construido y mejorado unas 10 mil viviendas en todo el país, priorizado las zonas más pobres. “La vivienda es un componente vital de la política social y debe tener un carácter continuado y permanente, en cuya aplicación de deben participar la ciudadanía y los municipios”, indicó.
Manifestó la directora del INVI que el gobierno trabaja en varios aspectos considerados básicos. Por un lado, en la reubicación de familias residentes en zonas de riesgo, como por el ejemplo los bajos del Río Yuna, (en San Francisco de Macorís); el Duey (en Higuey) y Matancitas (Nagua). Por otro lado, en el cambio de pisos, la construcción de la habitación refugio y el plan de mejoramiento habitacional, focalizado a las provincias. Tras su disertación Alma Fernández recibió una placa de reconocimiento de la directiva del CODIA por los aportes al gremio y su labor profesional.
En su disertación, Fernández reveló que el modelo aplicado en el programa de cambio de pisos de tierra por piso de cemento ha sido de interés por parte de organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con el objetivo de implementarlo en políticas de prevención de enfermedades y de salud mental en otros países en vía de desarrollo.