La construcción de la primera etapa del Metro de Santo Domingo, constituye una estocada mortal, contra los pseudos sindicalistas y vividores del desastre y el desorden que impera en el mal llamado sistema de transporte de la ciudad capital y demás municipios del Gran Santo Domingo. Desorden, que por demás, sólo beneficia a unos cuantos, que gobierno tras gobierno, han negociado la supuesta superación de esa situación, para luego, mantener el mismo “estatus quo”, ya que de otra forma, no seguirían “guisando”.
Los dominicanos, estamos cansados de ver, como los llamados sindicalistas del volante, son favorecidos cada período de gobierno, con la exoneración de cientos de vehículos, con el alegado propósito de modernizar sus “flotillas”.
Pero el colmo de las facilidades y la desfachatez, lo constituyó el mal llamado Plan Renove, en el cual se dilapidaron más de mil millones de pesos, con el alegato de cambiar chatarras por unidades vehiculares nuevas y modernas.
Sin embargo, ah cosas veredes Sancho. El llamado Plan que se suponía era para modernizar el transporte público, se convirtió en una empresa donde se importaron hasta cabezotes de patanas, montacargas y camiones, lo cual no tenía nada que ver con el plan original.
Es ese el modelo que defienden la mayoría de pseudos sindicalistas del volante. Ya que es ese modelo el que les brinda jugosos beneficios.
Es por ello, su vehemencia en oponerse a un proyecto, que como el Metro de Santo Domingo sólo beneficiará a los pobres, puesto que al igual que en todas partes del mundo, son los trabajadores y empleados públicos y privado, estudiantes y desempleados, los que utilizan el sistema del metro.
Todos los dominicanos pobres, de clase media baja y alta, sufrimos en carne propia y en nuestros propios bolsillos, el desorden y el costo económico que significa desplazarnos de un punto a otro de la ciudad.
Todos en algún momento hemos sufrido las palabras impublicables, las amenazas, y hasta las agresiones de parte de cobradores y choferes de carros y guaguas.
La construcción de la primera línea del Metro de Santo Domingo significará un respiro de alivio para los cientos de miles de ciudadanos que residen en Villa Mella y zonas aledañas.