SANTO DOMINGO.-El valor de la tolerancia del dominicano es “apenas moderado, con alto grado de rechazo contra grupos que promuevan el derrocamiento del gobierno y la discriminación racial (más de 80% de rechazo) y contra los que defienden el derecho al aborto (con un 77%)”. En el caso de la tolerancia hacia los homosexuales, los grupos que defienden a las trabajadoras sexuales y los que defienden a los inmigrantes haitianos, el nivel de rechazo ronda el 60%, con un 57.7% en el primero de los casos, el 56.8% en el segundo y el 55.3% en el tercero. El único aspecto en el que ciudadanos y ciudadanas muestran un alto grado de tolerancia es en el de la manifestación pública a favor de los grupos afectados por el VIH /SIDA, con un 72.7% de aceptación.
Además, en lo referido a los niveles de participación, resultan notorios los elevados porcentajes de personas que, según sus afirmaciones, no han participado nunca en actividades tales como firmar una petición o demanda (83%), proyectos comunitarios (58.6%), o contactar a un representante político para expresarle sus opiniones (71.3%).
Aunque los niveles de pertenencia partidarios son relativamente altos -51.1% entre miembros activos y no activos, y apenas un 32.6% que nunca ha sido miembro de un partido-, hay bajos niveles de pertenencia a grupos sociales basados en el interés colectivo o comunitario. El 62.3% de la población dijo no haber pertenecido a ninguna asociación sindical, profesional o de negocios y un 42.1% dijo no haber formado parte nunca de grupos culturales, deportivos o de ocio. Los grupos que muestran un grado considerable de pertenencia por parte de la población son los religiosos, que entre miembros activos y no activos suman un 66 .1%. Sin embargo, el hecho de que un 39.7% de la población sea la que se considera miembro activo tampoco habla de una alta participación en este tipo de grupo.
Los datos pertenecen a la Encuesta de Opinión Pública Nacional República Dominicana 2004 (Encuesta OPN-RD 2004) sobre el tema de “Ciudadanía y factores relevantes en la percepción y vivencia de un Estado democrático”, aplicada a nivel nacional durante los meses de septiembre y octubre de ese año -mediante entrevistas a 1972 individuos- por el Instituto Nacional de Opinión Pública (INOP), adscrito a la Dirección de Investigaciones de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), que fue inaugurado ayer.
De acuerdo a los resultados que arroja el estudio – cuyo cuestionario, de 77 preguntas, las últimas seis de carácter opcional, fue desarrollado a partir del bloque de preguntas de “Ciudadanía” provisto por la Universidad de Illinois en Chicago, institución que se desempeña como asesora externa -, se tiene un cuadro complejo, a ratos desigual, de conformación de una ciudadanía democrática en la República Dominicana. De manera general, se podría decir que la ciudadanía expresa muchos deseos de afirmarse en las referencias típico-ideales de los valores democráticos y del Estado de Derecho, a la vez que manifiesta debilidad en su práctica de reconocimiento y tolerancia del otro o de la otra.
La tolerancia, al detalle
“¿Qué tanto está de acuerdo con que deba permitirse que estos grupos tengan libertad de realizar concentraciones, reuniones o marchas públicas?”, fue la pregunta básica incluida en el cuestionario.
Cuando se trata del grupo “extremistas religiosos”, el 20.5% de los entrevistados opinó que no debe permitirse terminantemente, un 35.9% respondió que no debe permitirse, el 36.1% contestó que sí debía permitirse y un 5.6% afirmó que definitivamente debía permitirse. Sorprende que un 56.4% de la población opine que a ciertos grupos, aunque extremistas religiosos, se les prohíba manifestarse públicamente. Con relación a “la gente que quiere derribar al gobierno por la fuerza”, el 37.6% opinó que no debe permitirse terminantemente y el 45.6% que no debe permitirse, sumando un 83.2%. Apenas un 16% de la población contesta que debe permitirse.
“La información contenida en la siguiente categoría resulta de mucho interés en otro sentido, tratándose de la opinión sobre la orientación sexual de carácter homosexual, que es un tema muy delicado en la República Dominicana y sobre el cual la población dominicana suele tomar actitudes que van desde la tolerancia ‘acomodaticia’ hasta la intolerancia clara”, se dice en el informe. En la categoría de “grupos que defienden los derechos de los homosexuales”, el 22.2% y el 35.5% opina que no deben permitirse sus manifestaciones, para un total de 57.7%, lo cual manifiesta un grado relativamente alto de homofobia entre la ciudadanía dominicana; un 33.1% juzgó que debían permitirse, y un 8.5% que definitivamente debía permitirse, dando un total de 41.6%.
“Una categoría que probablemente manifiesta precisamente el peso de los valores religiosos cristianos en la sociedad dominicana es la de ‘grupos que defienden la práctica del aborto’, con 34.8% y 42.2%, para un total de 77%, que opinan que no deben permitirse sus manifestaciones públicas, con apenas el 19.7% y el 3%, con un total de 22.7%. Nótese que se trata de permitirle a estos grupos manifestarse públicamente; no se está preguntando sobre la práctica misma”.
La siguiente categoría es la de “personas que promueven o practican la discriminación racial”. Un 31.4% dice que terminantemente no deben permitirse, y un 50.6% que no deben permitirse, en total 82%. “Nuevamente se manifiesta una reacción inmediata de probable indignación ante la presencia de personas que promueven la discriminación racial. Irónicamente, esta reacción –que es por lo demás entendible– es evidentemente una manifestación de intolerancia”.
El grado de tolerancia con respecto a grupos que defienden a los inmigrantes haitianos es bastante similar: 55.3% juzga que no debe permitirse, frente a un 43.2% que considera que debe permitirse. “Ahora bien, las diferencias en este aspecto entre Santo Domingo y el Resto Rural es muy significativa: 49.5% de los entrevistados en Santo Domingo piensan que no debe permitirse, frente a un 60.9% en el Resto Rural y un 56.6% en el Resto Urbano. Esto quizás explica el por qué es en estas áreas donde el conflicto entre dominicanos y haitianos se produce con mayor intensidad y frecuencia”.
De acuerdo a los responsables del estudio –Carlos Dore Cabral, Francisco Cáceres, Lilian Pagán, Carlos Muñoz, Leopoldo Artiles y Pedro Ortega- a partir de estos y de otros datos que incluye la OPN-RD 2004, “el desafío está en lograr la expansión de los canales de participación efectiva de la ciudadanía, para que no sólo sea escuchada sino, frecuentemente, seguida en su buen instinto; en mejorar la institucionalidad del Estado y las instituciones representativas, y en facilitarle información pertinente sobre los problemas públicos a ciudadanos y ciudadanas no siempre habilitados con los medios para acceder a la misma. Con ello, los valores ideales de la ciudadanía democrática podrán ser activados como referentes de metas y de logros del desarrollo ciudadano”.
Monitoreo en red mundial
En esta encuesta, con la que el INOP pretende monitorear el estado de la opinión pública de la nación en torno al tema de al ciudadanía y la democracia, se incluye, además de las preguntas diseñadas por expertos nacionales, el bloque de cuestiones que cada año prepara el Programa Internacional de Investigación Social (ISSP, por sus siglas en inglés), un programa anual de colaboración de encuestas “transculturales” que cubren importantes tópicos de la investigación social, aportando una perspectiva global a las investigaciones nacionales de los países miembros.
Con la realización por el INOP de estas encuestas coordinadas por el ISSP, Funglode consigue que las opiniones de las mujeres y de los hombres dominicanos sobre los tópicos seleccionados cada año puedan ser sujeto de comparación con los de aquellos otros países, alrededor de 40, donde también se llevan a cabo esas investigaciones; y esas comparaciones –o cualquier otro uso que se le quiera dar a esos datos- puede hacerlas cualquier investigador de cualquier país del mundo, pues las bases de datos de todas las encuestas -incluida la de República Dominicana- se colocan en la web del ISSP http://www.issp.org.
La OPN-RD 2004 es la primera de una serie de encuestas que el INOP realizará anualmente sobre tópicos de relevancia social, de acuerdo a las propuestas del ISSP, con el propósito de contar con indicadores sociales que auspicien el desarrollo de estrategias para lograr avances en el plano cognitivo de cara al fomento de un pensamiento auténticamente democrático. Al igual que en el presente caso, las próximas encuestas también incluirán el bloque de preguntas que propone dicha institución para ser aplicadas en las encuestas nacionales que se realizan en diversos países, siguiendo el mismo bloque de preguntas.
Estos trabajos se realizan en un momento significativo en cuanto a la producción y sistematización de información relevante para conocer y reconocer los estados de opinión de los ciudadanos y de las ciudadanas en cuestiones relativas a la calidad de la democracia y el Estado de Derecho en el país dominicano, y al interés que instituciones como Funglode tienen en construir indicadores que sirvan para orientar las acciones públicas de actores estatales y sociales.
Otros datos destacados de la EOPN-2004
El 56% de la población consideró que casi todos o muchos empleados y funcionarios están involucrados en corrupción.
Un 47.6% de la población manifiesta que no cree que al Gobierno le importe mucho lo que piensa, frente a sólo un 37.7% que sí cree que al Gobierno le importa lo que piensa.
El 74.8% de la población afirmó que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno
El 74.3% afirmó que bajo ninguna circunstancia los derechos democráticos deben ser restringidos.
Asimismo la ciudadanía confía en los procesos electorales llevados a cabo en los últimos años en la República Dominicana. El 64.6% calificó el último proceso electoral como muy confiable, y el 90.7% consideró como justo o muy justo el grado de equidad y oportunidad dados a los candidatos contendientes en el último proceso electoral.