SANTIAGO.- El espectáculo “Los Merengues del Casandra”, presentado la noche del jueves en el Gran Teatro del Cibao, cumplió a cabalidad con las expectativas creadas, reuniendo no sólo los mejores músicos del país, sino también un segmento de los cantantes más notables de la actualidad.
Ante un público que colmó prácticamente todas las localidades del espacioso lugar, los protagonistas supieron deleitar con sus actuaciones al soberano presente, en lo que muchos al final definieron como “una noche memorable y de alta trascendencia para el merengue”.
El espectáculo, que la semana pasada fue presentado dos veces en el Teatro Nacional, de la capital, contó con la producción ejecutiva de Acroarte y la producción artística de William Liriano, bajo la dirección musical de Ramón Orlando.
Los 25 más experimentados y/o prometedores instrumentistas merengueros del país conformaron la orquesta “La Merenguera”. El sonido lució impecable, lo que se conjugó con el envidiable manejo de cada uno de los instrumentos que, en todo momento, hizo vivir la realidad de que se estaba ante una orquesta de ensueño.
De la entrega de los cantantes ni hablar. El histrionismo de cada uno de ellos hizo pasar por alto la ausencia de figuras como Juan Luís Guerra, Jhonny Ventura, Sergio Vargas, Héctor Acosta y el seibano Francisco Casanova, definido como “el cuarto tenor del mundo”.
Tras un impresionante “openning”, creado por Ramón Orlando en base a fragmentos musicales de los 17 merengues que posteriormente fueron interpretados, entraron en escena los animadores, Luís Manuel Aguiló y Luz García, quienes en toda la noche condujeron el show de manera envidiable.
Segmentos de la historia del merengue, que data de 1854, fueron colocados en todo el discurrir del espectáculo, lo que le confirió un atractivo importante, fundamentalmente porque los asistentes lograron una perspectiva acabada de la trayectoria de ese ritmo.
El primer tema interpretado fue “Chepe” y correspondió a Pavel Núñez hacerlo. Luego siguió “Ojalá que Llueva Café”, en la voz de Jandy Félix y, más adelante, Diómedes cantó “La Bilirrubina”.
Otros merengues que formaron parte del ceremonial fueron “Nueva York no Duerme”, interpretado por su cantante original Ramón Orlando; “La Ventanita”, vocalizado por Raffy Matías; “Pitaste”, hecho popular por Johnny Ventura, pero cantado por Roberto del Castillo y “Como Agua de Sal”, por Miryam Cruz.
A seguidas, los asistentes al Gran Teatro del Cibao vieron entrar en escena al carismático Fernando Villalona quien, de manera sucesiva interpretó sus premiados merengues “Confundido”, “Muchachita Mía” y “Me Muero por Ti”, este último a dúo con Jacqueline Estévez.
No bien salió Villalona del escenario, cuando irrumpió en el mismo Kinito Méndez con su “Suero de Amor”. Entró por el ala derecha, acompañado del grupo de palos que lo respaldó en su actuación, pero por el otro extremo salieron Ramón Orlando y Joe Nicolas, como había sido acordado, pues el pianista y el bajista profesan una religión que rechaza la exaltación a creencias ajenas al cristianismo, lo que precisamente valora ese merengue.
Y siguieron desgranándose “Los Merengues del Casandra”. Al entarimado emergió el santiaguense Eddy Herrera, quien interpretó “Demasiado Niña”, “El Vicio” y “Tú Eres Ajena”. Concluida su actuación, tocó el turno a Pablo Martínez con su tema “Vuelvo”.
Héctor Acosta no estuvo en el espectáculo para cantar “Loca Conmigo” y en lugar suyo lo hizo su compositor Wason Brazobán. El cierre correspondió a “Las Avispas”, cuyas letras fueron fraccionadas y tocó a Jandy Félix, Jeffry y Raffy Matías vocalizarlas.
Los artistas lucieron ropas confeccionadas por la empresa “Época”, del diseñador Hipólito Peña. Un grupo de bailarines, exhibiendo coreografías de Isadora Bruno, dieron un toque especial al espectáculo.