SANTO DOMINGO.- En su Carta Pastoral en ocasión de celebrarse este 21 de enero el Día de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano, los obispos criollos llamaron Haití y a la República Dominicana a que bajen la tensión.
Los prelados dominicanos exhortan a los gobiernos de ambos países a que inicien un diálogo sobre los problemas que afectan a la isla, entre ellos el problema migratorio.
"Discípulos del Señor en comunión y misión", es el título del mensaje de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que agrupa a todos los obispos del país. La Carta Pastoral, que emite en la víspera del Día de la Altagracia, exhorta a los gobiernos haitiano y dominicano a que puedan vivir en convivencia como dos pueblos hermanos pero que para que eso ocurra ambas naciones tienen que sentar en la mesa del diálogo.
"Dominicanos y haitianos, desde hace siglo, se encuentran armoniosamente en el Santuario de Higuey, a los pies de la Altagracia, y allí moran y cantan juntos, cada uno en su propia lengua, al unísono del amor común a la Madre de Dios",dicen los obispos dominicanos en su mensaje al celebrarse mañana (hoy) sábado 21 de enero el Día de la Altagracia.
“Convivir con los dominicanos que llegan, con los turistas que nos visitan o con los haitianos presentes en nuestro territorio, exige el aprendizaje comunitario, para ver ante todo lo que hay de positivo en el otro con el fin de acogerlo y valorarlo como don de Dios; lo que exige superar las barreras de la intolerancia y la discriminación”, indican.
Indica el documento que si los dos gobiernos no hablan los problemas que afectan a las dos naciones, entre estos el asunto migratorio, seguirá creciendo.
El Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, expresó su esperanza que la razón y la madurez se impondrá para encontrar una solución al problema migratorio, para que no se sigan produciendo tragedias como la ocurrida entre el 10 y 11 de enero donde 25 indocumentados haitianos perdieron la vida asfixiados cuando eran traficados de Dajabón a la ciudad de Santiago, al Norte de la República Dominicana.
"Es bueno ahora volver a decir: miren si no se sientan a hablar los problemas van a seguir creciendo y eso es un problema que son los gobiernos nuestros que tienen que sentarse" a resolverlo, dijo.
Los obispos dominicanos expresaron que el problema migratorio fundamentalmente s produce por la falta de organización que en el país. Indica que las instituciones cada vez menos organización.
Los Prelados dominicanos expresa "que en un un país, como la República Dominicana, donde la migración interna, el turismo o la migración haitiana, marcan la vida económica, social y política, la necesidad de aprender a convivir se torna imperiosa".
Indican que la solución a la migración masiva de haitianos debe darse sobre la base de la legalidad-No a travez de la ilegalidad, la violación de los derechos humanos o las repatriaciones masivas.
Los obispos opinan que el problema fundamental de los dominicanos es “la desorganización y desarticulación como pueblo”. En tal virtud recomiendan “la búsqueda del bien común frente a la corrupción egoísta, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural frente a una extendida cultura de la violencia y de la muerte” y el “fortalecimiento de la familia frente a leyes o prácticas sociales permisivas que la corroen”.
Al mismo tiempo hizo un llamado quienes se consideran discípulos de Cristo a una acción comprometida para dar respuesta al problema fundamental de la sociedad dominicana que es su "desorganización y desarticulación como pueblo".