Quito, Ecuador.- Por séptima ocasión se registraron hoy intensas protestas en el centro de esta capital, donde estudiantes se enfrentan a las fuerzas de seguridad, que impiden el paso hacia el Palacio de Carondelet (Casa de Gobierno).
La agencia Prensa Latina señala que a pesar de la fuerte arremetida policial, un grupo de jóvenes de centros secundarios y universitarios rompieron el cerco de las fuerzas de seguridad y avanzaron hasta las proximidades de la casa de Gobierno, donde fueron dispersados con chorros de agua.
Los protestantes rechazan un posible incremento del pasaje del transporte público y la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, y exigen la entrega del carné estudiantil.
Andrés Quishpe, presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE), señaló que los incidentes se mantendrán, pues no creen en la palabra del presidente Alfredo Palacio, ni del Gobierno.
Si quieren el fin de las manifestaciones, que nos entreguen un documento firmado, en el cual el Ejecutivo se compromete a acatar nuestras demandas, resaltó.
Además de esas exigencias, los jóvenes piden ahora la liberación de sus compañeros, apresados en las anteriores jornadas tras las refriegas con la Policía.
Quishpe adelantó que la semana próxima se unirán a las movilizaciones anunciadas por los trabajadores, en reclamo de un alza salarial de 30 dólares y de los indígenas, en contra del TLC y a favor de la caducidad del contrato con la petrolera Oxy.
Según fuentes oficiales, en las siete jornadas de incidentes una veintena de estudiantes resultaron heridos y otros 98 fueron detenidos, de ellos 69 menores de edad, algunos de los cuales siguen presos.
Organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas acusaron al Gobierno de la violenta represión policial para dispersar las movilizaciones y señalaron que los sótanos de la sede del Congreso son utilizados como calabozos.
Luis Villacís, diputado del Movimiento Popular Democrático (MPD), señaló que su agrupación respalda todo lo que signifique defender los intereses del pueblo ecuatoriano y criticó la brutal represión de estas protestas.
Denunció asimismo que la Policía ha convertido al Parlamento en una cárcel, donde encierran a los manifestantes, los golpean y torturan.
Medios políticos nacionales estiman que de continuar este ambiente de agitación social en el Ecuador, el territorio se verá envuelto en un proceso de desestabilización que podría desencadenar el levantamiento de la población contra el frágil Gobierno.