Un auge mundial del uso del carbón mineral está contribuyendo a compensar algunas de las presiones económicas del aumento de los precios del crudo en muchas naciones y representa un importante cambio en el consumo de energía. Este protagonismo del carbón mineral está creciendo debido a que los países en desarrollo están buscando las opciones menos caras para dotar de energía a sus economías.
Al dar electricidad para las plantas, la utilización continuada de carbón puede reducir una parte de las necesidades de crudo.
La tendencia es especialmente visible en los países con mayor demanda de energía del mundo: China e India, lugares que tienen enormes reservas de carbón pero no suficientes de petróleo y gas.
Según algunos cálculos, el consumo mundial de carbón ha estado creciendo más rápido que la utilización de cualquier fuente de energía, incluyendo el crudo, el gas natural, la hidroelectricidad y la energía nuclear.
El año pasado el consumo mundial de ese mineral creció un 6,9% frente a un 2,1% para el petróleo.
Se esperaba que la producción de carbón llegara el año que recién finalizó a niveles record en Estados Unidos, alcanzando los 1,200 millones de toneladas, un incremento de 3,7% con respecto al año anterior. En China se espera que la producción creciera 11,8% a 1,900 millones de toneladas, un aumento equivalente a más de la mitad de la producción anual de Australia.
El carbón mineral sigue siendo el combustible más conveniente por varias razones. Se transporta fácilmente por barco o tren. Además, el mundo sigue teniendo enormes reservas de carbón sin explotar que pueden ser desarrolladas a bajo costo, lo contrario de lo que sucede con el petróleo.
Aunque los precios del carbón han subido más del 80% a largo del pasado año, a más de 50 dólares por tonelada, cuesta tres dólares para generar un millón de BTU de energía con carbón, frente a siete dólares para el gas natural, una diferencia considerable en términos de ahorro de divisas.
El país pudiera cubrir una parte considerable de sus necesidades de energía, si se reconvirtieran muchas de nuestras plantas para usar el carbón mineral. Además, de diseñar un programa a largo plazo para construir una serie de plantas que utilicen este combustible.
El suministro de este mineral está garantizado, Colombia es uno de los mayores productores en América Latina y en Estados Unidos las mineras están aumentando la producción en forma significativa.
Hay que reducir la dependencia del petróleo y el programa Petrocaribe, que auspicia Venezuela, aun con sus facilidades crediticias, no resuelve las necesidades energéticas del país, por el contrario aumenta la deuda externa.
Adoptar esta fuente de suministro energético representa un cambio fundamental en el consumo de energía, con resultados positivos en lo inmediato.
Si no reaccionamos rápidamente, con una factura petrolera aumentando cada año, por el incremento del consumo, llegará el momento cuando los precios de los carburantes alcancen niveles muy elevados, que se producirá una explosiva parálisis, con consecuencias inimaginables.
Tomemos las previsiones de lugar y exploremos el uso del carbón mineral para la producción energética.