La posibilidad de que individuos ligados al narcotráfico alcancen posiciones claves, como candidatos de cualquier partido político, no es nueva en el país. Y esa amenaza sigue, a pesar de que las diferentes organizaciones políticas se hacen de la vista gordo, aunque posteriormente les salga caro. Ya el abogado Marino Vinicio Castillo lo ha advertido por diferentes vías. En su programa La Respuesta, por el Canal 15, en las entrevistas de cada lunes en Hoy Mismo, por Color Visión, y ocasionalmente en Matinal 5, por Telemicro, además de alertarlo en entrevistas al autor de esta columna en el periódico El día.
Vincho Castillo, acusado por sus enemigos exagerar las cosas, no miente. Tiene de primera mano datos contundentes que si los partidos supieran -sin importar de cual se trate- cerrarían sus puertas a una caterva de sujetos que quieren alcanzar escaños en el Congreso para desde allí manejarse como una especie de patente o, es decir buscar inmunidad.
Esa es una amenaza que está latente en todos los rincones del país. En cualquier pueblo, por aislado y pequeño que sea, usted observa a personas que se promueven con precandidatos, en especial a diputados y regidores, que todo el mundo sabe tienen una cola larga, un rabo, para decirlo en español dominicano, que cualquiera se lo puede pisar.
Y no puede haber exclusiones. El peligro asecha en el PRD y en el PRSC -ahorra aliados-, lo mismo que en el PLD, organización que por fortuna es la que más transparente es, a pesar de que muchas se dejan meter gatos por liebre, después de la apertura provocada por los cambios que todos conocemos se han originado en el seno de esa agrupación política.
Cualquiera retorna al país, después de haber pasado un tiempo en el exterior, con una "funda" de dinero y de inmediato puede entrar por la "puerta ancha" de los partidos. Y puede ser candidato inmediatamente, sin encontrar objeción de quienes están en la obligación de reclamar, si tienen moral suficiente para hacerlo, que no se puede permitir a un extraño alcance poder político.
De ahí es que surge la preocupación de Vincho Castillo, asesor en materia de narcotráfico del presidente Leonel Fernández. Puede ser, no lo dudo, que algunos interpreten que el notable abogado exagere, por la forma ágil y fácil de manejar su español y los términos legales a que recurre, como buen orador que es, pero lo cierto es que la alerta está hecha, de modo que "guerra avisada no mata soldados", como se dice popularmente.
Se cree que por una persona no haber sido sometido nunca a la justicia, por cargos de narcotráfico, está limpia, o sea que no tiene vínculos con negocios turbios. Y no es así. Por el solo hecho de ver una persona exhibiendo tantos bienes, mucho más si ha heredado ninguna fortuna, y que se sepa no ha sido un empresario de éxito, ahí mismo se debe comenzar a dudar del origen de su bienestar. Y eso no se hace en este país.
Hay otros que han hecho fortuna al pasar por cargos públicos. Se roban los recursos del Estado y al poco tiempo usted los ve haciendo galas de acaudalados. Y eso también debe ser tomado en cuenta, porque aquí nos conocemos todos. El dinero lo gastan a borbotones, como si los ciudadanos de a pie somos estúpidos o tenemos una venda en los ojos.
He dicho que esa alerta no debe ser excluyente, porque en cualquier partido, por pequeño que sea, esos personajes se pueden aposentar. Si se refugian en la guardia, que es mucho decir, que no ocurriría con un partido político, donde una buena parte está buscando lo suyo, con el perdón de quienes en verdad se preocupan por el futuro de la "señora" Quisqueya, es decir la República Dominicana.
Hay que ponerle atención a la alerta de Vincho Castillo, en especial los que en algún se han declarado vinchistas, iniciando con el presidente Fernández –yo también a veces me siento un poco vinchista- para que luego no nos lamentemos. Es verdad que se puede hacer poco, por la cercanía de las elecciones de mayo, en mi pueblo hay un refrán muy usado en el que se advierte que "el que apareja su burro sabe p`a donde va".