LONDRES. Un equipo internacional de astrónomos descubrió fuera del sistema solar el planeta más pequeño y parecido a la Tierra que haya sido identificado hasta el presente.
El nuevo planeta tiene una masa cinco veces mayor que la de la Tierra y puede ser encontrado a 25.000 años luz en la Osa Mayor, girando alrededor de una pequeña estrella roja.
El descubrimiento, cuyos detalles aparecen en la publicación "Nature", fue logrado utilizando un método llamado "microlensing" que puede detectar planetas lejanos con una masa similar a la de la Tierra.
Las frías temperaturas del planeta hacen que las posibilidades de encontrar vida sean poco probables.
El planeta, que lleva el nombre OGLE-2005-BLG-390Lb, toma unos 10 años en completar su órbita alrededor de su estrella materna, similar al Sol pero menos caliente y más pequeña.
Está en la misma galaxia que la Tierra, la Osa Mayor, pero más cerca del centro galáctico.
ALBERT EINSTEIN
Al igual que la Tierra, el planeta tiene un núcleo rocoso y una atmósfera probablemente fina. No obstante, su amplia órbita y las condiciones de su estrella materna significa que es un mundo frío.
Las temperaturas calculadas de su superficie son de 220 grados centígrados bajo cero, lo que quiere decir que posiblemente sea líquido congelado. Por lo tanto, podría ser similar a una versión más grande de Plutón.
"Esto es muy excitante e importante", dijo el profesor Michael Bode, de la Universidad John Moores de Liverpool, uno de los principales investigadores del proyecto RoboNet que colaboró con el proyecto.
"Este es el planeta más parecido a la Tierra que hayamos descubierto hasta el presente en términos de su masa y de la distancia de su estrella materna", declaró a la BBC.
La técnica de "microlensing" utilizada para encontrar este planeta fue primeramente pronosticada por Albert Einstein en 1912.
El sistema, conocido como Lente de Einstein, ocurre cuando un objeto masivo del espacio, como una estrella, atraviesa por delante de otra estrella distante.
La deformación gravitatoria del espacio causada por otro cuerpo se interpone entre la estrella y el observador, lo que permite observar las variaciones en el brillo del objeto.