El ejemplo de Pepín Corripio

José Luis Corripio, conocido amistosamente como Pepín, acaba de ofrecer una conferencia en la Fundación Global, Democracia y Desarrollo, donde ha compartido algunas interesantes reflexiones sobre su experiencia empresarial y la actitud de los dominicanos frente a la crisis.
Pepín Corripio llegó al país como exiliado en el año 1938, con apenas cuatro años de edad, en los estertores del terrible drama que había significado la guerra civil española. Su familia, encabezada por sus padres Manuel Corripio y Sara Estrada, se inició modestamente en los negocios con un comercio instalado en la avenida Mella esquina Santomé, del viejo Santo Domingo.

Según cuenta Pepín, quien ayudaba a su padre desde pequeño en el negocio –en violación de las normas que prohíben el trabajo infantil, agregaría yo- la familia trabajaba muy duro, ya que comenzaban la jornada a la seis de la mañana y terminaban a la medianoche. Los domingos descansaban, pues solo laboraban hasta las tres de la tarde.

La filosofía de la familia corripio se fundamentaba en el trabajo duro y en el ahorro. El propio Pepín cuenta que su padre, quien se inició en la actividad empresarial con la suma de tres mil pesos, no compró una casa propia hasta lograr cierto nivel de desarrollo y estabilidad en el negocio y que en su propio caso adquirió un automóvil después de cumplir los 27 años.

El detalle podría ser válido para aquellos padres pudientes que acostumbran a complacer todos los caprichos de sus hijos antes de cumplir los 18 o a los 20 años, incluyendo vehículos de lujo que muchas veces convierten en un arma de autodestrucción.

Expresado en tono jocoso, pero reflejando su firme convicción sobre la importancia del sacrificio para alcanzar las metas, Pepín planteó que debería existir una ley para que “no se pueda ser rico sin pasar por ser pobre”. No obstante, dijo estar consciente de que el éxito económico es transitorio, ya que a nadie lo recuerdan por haber tenido mucho dinero, sino más bien por sus aportes sociales o intelectuales.

El magnate empresarial reconoció que ha cometido ciertos errores, como el no haberse metido a tiempo al negocio turístico, cosa que según él, aún le duele.

SOBRE LA CRISIS Y EL PAÍS

Pepín Corripio se considera un hombre fraguado en la crisis y en las dificultades. Dijo que después de la revolución de 1965, cuando muchos dominicanos abandonaban el país por falta de fe en las perspectivas de la nación, él y su familia se metieron en tres o cuatro negocios.
Sobre la experiencia de la guerra civil, uno de los momentos más difíciles de la República en las últimas décadas, comenta que “este país no se acaba, ni se acabará nunca”, agregando que “nunca pensamos irnos del país, nunca pensamos que alguno de la familia pudiera morir fuera del país”; subrayando que “con éxito o sin éxito, con capital o sin capital, nosotros nunca hemos considerado la posibilidad de estar fuera de la República Dominicana, este es nuestro destino final”.

Sostuvo que lo más importante de su éxito ha sido la confianza que ha tenido en el país y su identificación con la República Dominicana.

LOS CONSEJOS DE PEPÍN

En su charla en la fundación global, Pepín corripio ofreció algunas recomendaciones para quienes tratan de alcanzar el éxito empresarial:
-Ser austero con el dinero para poder acumular capital e invertirlo y reinvertirlo.
-Defender el mínimo centavo que ingresa al negocio y ser sumamente cuidadoso con los gastos. (O sea que ser tacaño no es tan malo, como le han hecho creer a uno desde siempre)

-Ver el negocio como una extensión personal, cuando se carga con el éxito o el fracaso.
-Evitar la ostentación, pues el que enseña su capital se perjudica. (A los dominicanos nos encanta mostrar no solo lo que tenemos, sino, inclusive, lo que no tenemos).
-No hay mejor negocio que hacer un pequeño buen negocio todos los días.
-No hacer un negocio que uno no entiende.
-El éxito es frágil. Para subir la escalera del éxito hay que subir un pie y dejar el otro en el piso para no tener que lanzarse desde arriba.
-La gente de dinero –probablemente se refería a los empresarios- no debería meterse en la política activa. (Talvez estaba pensando en la experiencia de Jacinto Peynado).
-No hacer negocios en contra del presentimiento.
-No confundir el deseo con la realidad.

UNAS REFLEXIONES A PIE DE PÁGINA

Se puede estar o no de acuerdo con Pepín Corripio, pero no debe haber duda de que su vida ha sido un ejemplo de la capacidad del ser humano para superar las adversidades y la validez del trabajo como herramienta de progreso y superación.
A muchos quizás no le encaje demasiado esta línea de reflexión, ya que la demagogia politiquera, de izquierda o de derecha, nos ha metido en la cabeza que el progreso se logra o a través de una revolución “para transformar las estructuras sociales”, o mediante el próximo cambio de gobierno.

Este tipo de predicamento ha contribuido en mucho a disminuir nuestras potencialidades en todos los órdenes, impidiéndonos comprender que cada quien tiene la responsabilidad de hacer su propia revolución, independientemente de que aspiremos legítimamente a que el Estado nos provea el marco adecuado para nuestro desarrollo individual.

El providencialismo, el mesianismo y todos los formulismos doctrinarios que se nos ha vendido como la gran panacea de nuestro desarrollo, han contribuido a castrar la capacidad del dominicano para emprender el verdadero camino del progreso y la grandeza como nación. Esa equivocada percepción nos ha inducido a una grave distorsión, haciéndonos creer que primero se debe alcanzar el desarrollo nacional para luego crear el bienestar individual. Cuando la realidad es que la suma del progreso de cada individuo es lo que hace posible el progreso colectivo.

¿Cuantos Pepín Corripio existen en potencia en el pueblo dominicano, si se decidieran a practicar, no una fórmula mágica o una sofisticada estrategia de truculencia empresarial, sino el sencillo esquema del trabajo, de una razonable ambición de progreso y de un estilo de vida consecuente con nuestras reales posibilidades?
Todo mi respeto y admiración hacia Don Pepín.

Carlos Tejada

Diario DigitalRD.Com, primer diario en línea creado en República Dominicana, fundado el 16 de enero del 2006. Su director es el periodista José Tejada Gómez. Para contactos. Cel. 809-980-6500 y 809-6081130. editor@diariodigitalrd.com

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