MANHATTAN, Nueva York.-Si bien es cierto, que son remotas las posibilidades de que otra huelga paralice el transporte público de esta ciudad, como ocurrió en diciembre del año pasado, también está muy lejos la concreción de un acuerdo que disipe la tensión entre la Unión de Trabajadores, local 100, y la Autoridad Metropolitana del Transporte MTA.
Esa es la percepción que se tiene en Nueva York, después que los trabajadores del transporte rechazaran, aunque por pequeño margen –siete votos-, el acuerdo que puso fin a la última huelga que afecto al mayor sistema de transporte de Estados Unidos. A todo eso, se suma la actitud cerrada de los actores que tienen que ver con el conflicto laboral.
La cerrazón abarca, no solo a los trabajadores en su condición de actores principales sino que incluye la posición de Peter Kalikow, presidente de la MTA; del alcalde Michael Bloomberg y del gobernador, George Pataki quienes antes, durante y después del conflicto produjeron declaraciones fuertes contra el sindicato, cuya matricula en su gran mayoría, es de raza negra.
Hay que agregar, las contradicciones y las pugnas a lo interno del sindicato, las cuales comenzaron a relucir antes y durante la huelga y cuya culminación lo constituyo el rechazo al pacto preliminar, cuando 11,234 miembros votaron contra el acuerdo y 11,227 lo hicieron a favor, llevando el nerviosismo a la ciudad de Nueva York, donde mucha gente que no entiende el conflicto, de inmediato penso en el fantasma de otra huelga, lo cual quedo, prácticamente, descartado.
Sin embargo, Rogert Toussaint presidente del gremio responsabilizó a la disidencia interna el fracaso del acuerdo e incluyó, en el mismo saco, al gobernador Pataki, a quien acuso de “racista” y de “torpedear” las negociaciones.
“Creemos que este resultado –el de las votaciones- es el producto de un numero de interferencias inadecuadas y negativas. Primero, el gobernador, tan pronto como el contrato fue anunciado, declaro que el trato era demasiado rico”, puntualizo Toussaint, como para dejar claro su descontento con la actuaron del funcionario.
El acuerdo, garantizaba a los transportistas aumento salarial de 3 por ciento, 4 por ciento y 3.5 por ciento en los próximos tres años. Además, pagaría hasta 14,000 a trabajadores que por anos pagaron pensiones en exceso, pero los obligaría a contribuir con los servicios de salud que reciben, entregando el 1.5 por ciento de sus salarios.
Del otro lado, en la acera del frente, se encuentran los mas de siete millones de usuarios que diariamente están obligados a utilizar el sistema de trenes y autobuses para trasladarse hacia sus centros de trabajos y de estudios, en una ciudad donde las complejidades del tránsito, no importa ser propietario de vehículo, hay que utilizar el servicio publico de transporte.
Millones de neuyorkinos se vieron precisados a caminar cientos de kilómetros para llegar a sus lugares de destinos, bajo el intenso frío que azoto a la ciudad de Nueva York durante los tres días de huelga, afectando, de paso, todas las actividades de la urbe en el feriado de navidad, y dejando millonarias perdidas a la industria y el comercio.
Como para echarle leña al fuego, ahora resulta que el presidente de la MTA, Peter Kailikow recurrirá al arbitraje, la que ve como última alternativa para alcanzar una acuerdo laboral con el gremio, que de inmediato planteo su oposición de la decisión advirtiendo que “ese no es el mejor camino”.
“La MTA buscara reunirse con el sindicato en los próximos días. Sin embargo,, para asegurar una resolución a tiempo de este asunto por el bien de todos los neoyorquinos, también hemos comenzado a dar los pasos para buscar arbitraje que obligue a las partes”, puntualizo el ejecutivo de transporte.
Ahora, falta por ver que las partes se pongan de acuerdo para retomar el diálogo, primero, y luego cuanto tiempo tardarán en limar sus diferencias. Nueva York, llamada la capital del mundo, no puede vivir bajo el “miedo” o “fantasma” de una nueva huelga del transporte, la que, desde todo punto de vista, no seria justa pues los unicos que se perjudica con ella, no participan en las discusiones: los usuarios.