LOS ÁNGELES (ESPNdeportes.com) — Decenas. Cientos tal vez de los 18,997 asistentes al Staples Center vestían la camiseta histórica, elaborada especialmente para la ocasión: amarillo oro con el 81 púrpura en los dorsales.
Era la túnica de la inmortalidad.
El atuendo del dios al alcance de los mortales.
Era el homenaje a aquella jornada histórica ante los Raptors de Toronto. Aquellos memorables 81 puntos de Kobe Bryant. Pero, de histórica estuvo a punto de convertirse en histérica e histriónica.
Porque la noche del viernes, Kobe fue limitado a 30 puntos, sólo cinco de ellos en los tres primeros capítulos y nueve en tiempo extra.
Bryant fue hecho prisionero por una agobiante y eficiente marca de los Warriors de Golden State que jugaron al límite de sus pulmones y de sus músculos, que ante su proeza sobre el hombre de las proezas se inspiraron pero sólo para hacer digna su derrota por 106-105 ante unos Lakers de Los Ángeles que resucitaron y se impusieron en la catarsis del tiempo extra.
EN CUARENTENA…
Era claro: los Warriors de Golden State no querían la inmortalidad obscena de los Raptors de Toronto. No querían perpetuarse como la comparsa legendaria de Kobe Bryant como ocurrió con los canadienses al recibir los 81 puntos del astro angelino.
Y jugaron a no dejar jugar a Bryant.
Pero cuando desapareció Kobe del equipo, apareció el equipo de Kobe.
Cuando a Bryant le montaron un cerco, lo aislaron del grupo, le cortaron los espacios y los tiempos para disparar y se plantaron bien en zona defensiva para impedir su culebreo desquiciante en la pintura.
Eso permitió que los escuderos angelinos se atrevieran a tomar, al menos al principio, la estafeta, a colaborar con relevos y a ir sumando puntos.
Sometiendo al artista y al mariscal, los Warriors estaban no sólo motivados, sino inspirados.
El primer período fue de dominio angelino por 31-28, fundamentalmente con el apoyo de Smush Parker en medio de la pedacera de puntos que el resto iba aportando.
Para el segundo capítulo, Golden State mantuvo su espíritu de pelea, pero en especial acrecentó su preocupación sobre Kobe Bryant quien tiraba poco y encestaba menos.
Por eso, al concluir la segunda mitad, Kobe, el de la epopeya de los 81 puntos, el prestidigitador del aro, se encontraba encadenado.
Tras 20 minutos en la duela, sumaba sólo 5 puntos, producto de dos encestes de sólo siete intentos y una falta bien cobrada. Así, con el segundo parcial 24-19 a favor de Lakers dominando con un acumulado de 55-47, sólo Parker rebasaba la decena de unidades con 11.
Por Golden State, un ex Laker, Derek Fisher, sumaba 14 unidades y comandaba al equipo desde la banca.
PURA ANGUSTIA PURA
El tercer período fue un caos. Kobe seguía maniatado, encarcelado con los grilletes de una marcación asfixiante y se sumó la impotencia de sus compañeros, quienes empezaron a desperdiciar lo indesperdiciable y a errar disparos en la boca del aro.
Así, los Warriors embistieron con descaro. Llegaron a comandar ofensivas de 0-10 y 7-19, para revolcar la pizarra e inclinarla a su favor: 62-66.
Fue más grave cuando Kobe desfalleció. Irritado, frustrado, impotente, naufragó en su propio fracaso, perdió el mando, dejó de pedir la pelota, y contagió de renuncia a sus compañeros.
Al concluir el tercer episodio. Kobe seguía con cinco puntos y ¡seis asistencias!, en medio del festín del guerrero que dominaba: 11-26 en el parcial y 66-73 en el global, mientras Phil Jackson se jalaba los cabellos, limpiaba sus anteojos y sumía la cabeza entre sus brazos.
El cuarto fascículo derrama dramatismo. Kobe encapsula 16 puntos en el periodo y lidera la reacción angelina para matar el reloj con 94-94 en la pizarra con dos cobros desde la línea de fusilamiento.
La tribuna delirante, de pie, desquiciada, vive el alargue en el dintel de la angustia y la histeria: Kobe encesta nueve, entre ellos un triple de fantasía. Desenlace: 106-105 para Lakers.
Lakers arranca este domingo, en Detroit, una gira de siete peligrosas visitas..