SANTO DOMINGO.-La situación de Sammy Sosa se ha tornado más oscura de lo que había advertido DiarioDigitalRD, de que por los 18 millones de dólares devengados la campaña pasada, la peor en su carrera, no recibiría buenas ofertas en el orden monetario.
No es sólo que los Nacionales de Washignton le están ofreciendo ir como invitado al campo de entrenamientos, sin dinero en mano, sino que ningún otro equipo se ha interesado en adquirir sus servicios, cayendo en el vacío la versión de que 10 equipos andaban tras su caza.
Quien fuese el jugador más popular del negocio, hace apenas cuatro años, cuando hasta el presidente de los Estados Unidos se quería fotografiar con él, ha caído en una estrepitosa situación, que ni siquiera tiene un puesto en el equipo dominicano que pretende ir al Clásico Mundial, claro si van todos.
En las circunstancias anteriores, quizás Sammy estuviera poniendo condiciones para asistir a ese evento.
Sin dudas que todos están aprovechando la necesidad que tiene Sosa de llegar a los 600 jonrones, le faltan 12, y prácticamente lo están obligando a pagar para que pueda ingresar a ese reducido círculo al que sólo han llegado superestrellas: Hank Aaron (755), Babe Ruth (714), Barry Bonds (708) y Willie Mays (660).
Quizás si se hubiera retirado a su hogar otros equipos le hubieran ofrecido por lo menos cinco millones.
Se pudiera pensar que cualquier franquicia hubiera gustado disfrutar que un jugador arribe a los 600 jonrones vistiendo su franela, pero nadie se ha animado a compartir una campaña de .221, 14 jonrones y 45 remolques.
Además, la versión sugerida de su ligazón con los esteroides y el bate con corcho le hizo perder credibilidad a sus hazañas, que incluye tres campañas con más de 60 jonrones, único en
la historia.
Una señal clara de que Sammy sólo busca llegar a 600 jonrones es su negativa a probar suerte en Japón, lógicamente a coger lucha.
De todas maneras, luce desconsiderado que un jugador que ha representado tanto para el béisbol de las Grandes Ligas sólo encuentre trabajo sin dinero garantizado en una época que cualquier jardinerito baila la danza de los millones con promedios por debajo de 300, sin dar 30 para la calle y sin remolcar 100, eso incluye a algunos dominicanos.
Así las cosas, a sus 37 años –de pelotero- parece que Sosa tendrá que pagar, aunque sea con su fuerza de trabajo, para que lo dejen llegar hasta los 600 tetrabases.