"En Puerto Rico no se quiere admitir que la mayoría de las personas están subempleadas, especialmente cuando hablamos de poblaciones marginadas. No hay seguridad de empleo y, en muchos casos ni seguro de salud. Encima de eso, cuando entran a ese tipo de trabajo, pierden la cotización de las ayudas que antes le asistían". Esas son las palabras de José Vargas Vidot, director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, una entidad No Gubernamental que funciona en Puerto Rico y que asiste a deambulantes de las calles, parques y avenidas de la vecina isla.
Las declaraciones aparecidas en una reciente edición del diario Primera Hora de Puerto Rico, retratan parte de la realidad que no se percibe en la Republica Dominicana, donde se tiene la falsa creencia de que en la Isla del encanto se recoge dinero a "borbotones".
De acuerdo con el dirigente comunitario puertorriqueño, es hacia un mayor empobrecimiento de su población, puesto que según este, la asistencia social gubernamental no alcanza para comprar la leche, los cereales, el arroz y las habichuelas.
Afirma el señor Vargas Vidot, que la asistencia gubernamental "simplemente no da para coger la guagua y comprarse unos zapatos, ya que hay que pagar la luz y el agua".
Es decir que la problemática social de Puerto Rico, -con su normal diferencia claro esta-, no es como muchos dominicanos y latinoamericanos creen.
La situación de pobreza en Puerto Rico, es definida de alarmante por el director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, José Vargas Vidot, quien informa en la referida declaración al diario Primera Hora de la vecina isla, que en los últimos meses la entidad ha constatado como se ha incrementado en casi un 50 por ciento, la matricula de personas a las que se les provee ayuda nutricional.
En Puerto Rico, al igual que en la República Dominicana y la mayoría de naciones latinoamericanas y en vía de desarrollo, también se vive un proceso de desintegración familiar, el cual impacta directamente a los jóvenes y personas de edad avanzada, especialmente.
O sea, que Puerto Rico está padeciendo, -aunque en menor grado-, de los problemas de delincuencia, inseguridad, falta de atención medica y, aunque en menor grado, de la pobreza, que padecemos los dominicanos, por lo que la emigración a la vecina isla no debe ser la respuesta a la solución de nuestros problemas.
Los dominicanos tenemos que crear conciencia, de que solo mediante el trabajo permanente y arduo, podremos salir adelante, y no continuar arriesgando la vida cada año, en las embravecidas aguas del mar caribe.