Parece ser que desde época muy antigua existen códigos no escritos en las relaciones humanas. Son códigos que rompen, a veces, de manera brutal con todo tipo de norma y de legalidad.
En una reunión informal entre contertulios, a alguien se le ocurrió hablar del Taliòn, pero se le observó que el mismo forma parte de una de las leyes escritas que recibió Moisés, de Dios en el Sinaì, la cual aparece en el Pentateuco (Orígenes) del Viejo Testamento, conocido también como Leyes Mosaicas. Estos libros son Génesis. Éxodo, Levítico, Deuteronomio y Números. La Ley del Talión aparece en Éxodo, libro segundo de Moisés, donde desde el capítulo 21 (versículo 12), nos habla de las leyes sobre los actos de violencia que deben ser castigados en los mismos términos como se producen y hacen daños.
Así se lee: “El que hiriere a algunos, haciéndole así morir, él morirá. “Y cuando contendieren hombres y golpearen a una mujer en cinta y nacieren hijos prematuramente, mas no ocurriere daño mortal, castigar habrá de ser castigado como lo impusiere sobre él, el esposo de la mujer; mas deberá pagar por mandato de jueces. Empero si daño mortal hubiere, compensarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, fractura por fractura”.
Esa es una ley recogida en casi todos los libros religiosos, incluyendo el Corán (2:178 y179), donde se lee: «¡Oh creyentes! Se os ha prescrito la ley del Talión en casos de homicidio: el libre por el libre, el esclavo por el esclavo, la mujer por la mujer. Pero, si a alguien le rebaja su hermano la pena, deberá indemnizar a éste espontánea y voluntariamente. Esto es un alivio y misericordia por parte de vuestro Señor. Más quien después de esto se vengue, sufrirá un severo castigo * En la Ley del Talión tenéis asegurada la vida, hombres de intelecto! Quizás, así, temáis a Allah».
Se sabe que la Ley del Taliòn quedó superada con la llegada de Jesucristo, que nos dejó la ley de vida, de gracia y del perdón.
En el caso que nos ocupa, repito, se trata de leyes no escritas, que pese a los procedimientos bárbaros que las rigen, regularmente intimados con la venganza y el ajuste de cuenta, guardan algún motivo con el interés de hacerse respetar, y con la honorabilidad. Ejemplos de ello pueden ser, el pelotazo por pelotazo en el béisbol y el no perdón de las traiciones que se le atribuye a la Mafia Siciliana, la más brutal de todas las conocidas.
En los campos dominicanos, sobre todo del Cibao, es un pecado de muerte dar galletas, en particular a personas indefensas u hombres amarrados. Las desfloraciones, vale decir, las violaciones de sépalos contra niñas menores de edad, son otras de las malas acciones,que deben pagarse con la muerte, la muerte brutal y sangrienta como le ocurrió a un connotado hombre de San Víctor, Moca, a quien 14 de sus muchos compadres le organizaron una fiesta para vengarse.
Si mucho tienen de primitivos esos procedimientos, también lo tienen de honorables para personas de bajo nivel cultural, que desconociendo las leyes, las normas sociales de comportamiento y desoídas por la justicia, osan aplicar las suyas propias como es hacerse valer y respetar con sus propias manos.
Pero en dirección opuesta y ya muy conectada con la modernidad, existen otras leyes no escritas. Una de ellas se aplica precisamente en el campo del derecho y la justicia, y reza que “los legalismos estrictos son una ficción, que cuando hay que salvar a alguien se salva y cuando hay que perjudicarlo se perjudica.
A ello se debe, que las cárceles dominicanas, a pesar de los beneficios del Nuevo Modelo Penitenciario, sigan llenas de personas pobres y ladroncillos de patios y de gallinas. ¿Qué persona rica de cuna o de abolengo, guarda prisión en República Dominicana? Ah, sí, Leonel Almonte Vásquez, que de nobleza sanguínea o herencia nobiliaria nada tiene que le honre.
Está preso porque se pasó de la raya con sus víctimas que las fueron por decenas a quienes robó sus ahorros hechos con grandes sacrificios a través del quebrado Centro Financiero Universal. La situación es de tal gravedad que los defraudados están organizados y hacen vigía frente a la cárcel de Najayo para evitar que Almonte logre su libertad o en su defecto, lincharlo.
Habría que ver qué pasará con los defraudadores de Baninter, Bancrèdito y el Banco Mercantil, cuando se conozcan los juicios de fondo en los tribunales de la República. En tanto, mientras los hijos de las familias pobres y desamparadas se hunden en una cárcel inmunda de Elías Piña o el 15 de Azua, algunos porque se robaron un salchichón, todos los defraudadores de esos banco andan sueltos mediante “tecnicismos legales” y mecanismos relacionados con el principio no escrito, que también ha favorecido en el país, a los corruptos. Parece ser que donde mejor se aplica, en estos tiempos modernos, el código no escrito, es en la política.
De ahí, que se hable de un código de la impunidad, muy relacionado con el juego de disfraces y el chantaje. “Protégeme tú hoy que yo te protejo mañana”, parece que le dice un político corrupto denunciado y procesado en la justicia, a otro que está en el poder ocupando su turno.
El chantaje viene con la amenaza de hablar supuestamente para enlodar a todo el mundo, como ha vuelto a ocurrir con el señor Félix Alcántara, ex-presidente de la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (CREP), acusado de un desfalco superior a los 27 millones de pesos. No bien el director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, Octavio Lister, se hizo eco del caso y pidió prisión preventiva para el acusado, Alcántara tronó y mencionó gente del Palacio, que hasta pruebas en contrario, son personas respetables.
Entendemos que Alcántara debe defenderse de otra manera, sin tratar de enlodar a más nadie y sin recurrir a los trapos sucios y el chantaje. Si tiene pruebas de lo que dijo, citando sin otras explicaciones, a Danilo Medina, Miguel Cocco, Eduardo Sèlman y Tony Tapia, respecto a situaciones relacionadas con la Mina de Sal y Yeso de Barahona, que las presente, antes de buscar cámaras para defenderse.
Debe saber, que el expediente en su contra lo hizo llegar al Depreco, el Presidente de la Comisión de Ética Pública del Gobierno, José Joaquín Bidò Medina, escudo moral del Presidente de la República y un hombre tan serio que prefería morirse que ensuciarse. Bidò Medina no se prestaría nunca para dañar gratuitamente la reputación de nadie. Y lo mismo pienso de Lister, un hombre cortés y de carácter, que si bien se ha visto personalmente un poco frustrado en el cargo, ha institucionalizado el organismo, organizándolo, delegando responsabilidades y alejándolo de las retaliaciones.
No es justo que se siga con el relajito éste, de la amenaza velada y del chantaje, puesto en boga en meses recientes casi en forma sacrílega por Pedro Julio –Pepe- Goico Guerrero, actualmente involucrado en un expediente por droga y lavado de activos junto al capo Quirino Ernesto Paulino Castillo. Según Pepè Goico, si el huevo de Jesucristo había alcanzado para todos, con él si caía, se irían todos al hoyo. ¿A quiénes se refería?
Y haréis justicia.