SANTO DOMINGO. Guy Philippe responsable del derrocamiento de Jean Beltrán Aristide, tiene a su mando a un grupo de rebeldes dispuesto a hacer valer su poder mediante las armas y las ejecuciones en los comicios del martes en Haití.
El diario La Crónica de Hoy establece en un reporte de su corresponsal Mario D Camarillo Cortes que Philippe, ha pregonado en campaña electoral que es el hombre ideal para enderezar el camino del país, aunque no ha dicho cómo.
Philippe es un antiguo comisionado de policía que dirigió una banda criminal culpable de derrocar al presidente Jean-Bertrand Aristide en febrero de 2004.
Asimismo, comparte sus recorridos por las comunidades haitianas junto a Louis Jodel Chamblain, otro presidenciable que se desempeñó como jefe de un escuadrón de la muerte y quien ayudó a Philippe a encabezar la rebelión contra Aristide.
Philiphe es recordado porque durante su desempeño como jefe de policía fue acusado por ordenar ejecuciones sumarias de miembros de bandas criminales, según refiere la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW).
En el reportaje sobre la situación de Haití, titulado “Sicarios, traficantes y represores buscan la presidencia en Haití”, el autor establece que haciendo a un lado su turbio asado, en el que figuran violaciones, matanzas, torturas y tráfico de armas, algunos candidatos que aspiran a ganar la presidencia de Haití el próximo 7 de febrero tienen sólo un objetivo en mente: la conquista del gobierno basado en su ambición de poder y en la inyección del temor a los más de 4.5 millones de votantes convocados a las urnas.
La pesimista contienda electoral en la que participan 34 aspirantes a la presidencia tendrá un toque especial, no sólo por la tensión que desatan los brotes de violencia cotidianos, sino porque entre los candidatos a llegar al poder Ejecutivo aparecen personajes de una reputación oscura y denigrante para una contienda calificada como camino hacia la “democracia”.
PARAMILITARES. Otro personaje polémico que persigue la misma meta es Franck Romain, ex funcionario de alto rango del ejército durante el gobierno de Francois Duvalier, quien se vio apoyado por su temido grupo de paramilitares conocidos como Tontons Macoute.
Romain fue denunciado por una matanza ocurrida el 11 de septiembre de 1988 en la iglesia Jean-Bosco, la que asaltó con sus sicarios en momentos en que un sacerdote de la Iglesia Católica oficiaba un sermón. En el ataque 17 personas murieron y más de 60 resultaron heridas.
A estos aspirantes a la silla presidencial se suma Dany Toussaint, dueño de una tienda de armas y sospechoso de haber participado en la muerte del periodista más reconocido de Haití, Jean Dominique.
A Toussaint se aunan Hubert DeRonceray y Eduard Francisque, ambos ministros en el régimen de Duvalier, así como Himler Rebu, ex jefe del ejército durante la dictadura que derrocó a Aristide en 1991 y a quien se señala como responsable de masacres, torturas y desapariciones durante los tres años en el que Aristide estuvo exiliado.
SONDEOS. Junto a estos polémicos personajes hay otros candidatos con mayor protección, aceptación y simpatía que buscan llegar a la presidencia. Entre ellos se encuentra el ex presidente y ex primer ministro, René García Preval, líder del partido La Esperanza, quien encabeza las preferencias del voto con cerca del 47 por ciento de simpatías, según una encuesta local.
En esta lista y en un hecho insólito aparece en segundo sitio de las preferencias el empresario Charles Baker, único candidato blanco que participa en la contienda en un país donde el 90 por ciento de la población es de raza negra.
Finalmente, entre los contendientes figura una mujer, Leslie Manigat, quien pese a no tener mucho a su favor por estar en una campaña machista, ha hecho valer su presencia y con algunos simpatizantes ha mostrado que entre los haitianos hay intenciones por generar un cambio y una transición total.
OPOSITORES. La oposición política en el país, que ha marcado su distancia de los rebeldes armados, integra una coalición conocida como “Grupo de los 184”, pues ese es el número de grupos de partidos políticos, sociedad civil, sindicatos y asociaciones patronales que están en contra de la línea política que mantuvo el ex presidente Aristide.
HRW subraya que la situación de derechos humanos en Haití es un “desastre” que ensombrece las esperanzas de que las elecciones del próximo martes sean libres y justas.
La organización argumenta su pesimismo en referencias de personal de la ONU que se encuentran en Haití y que han constatado que en ese país se realizan ejecuciones sumarias, campea la violencia de matones a sueldo, la tortura y arrestos arbitrarios por parte de las autoridades provisionales que llevan ya dos años en el poder.
SECUESTROS. A este panorama hay que agregar que desde marzo de 2005 a enero de 2006, entre mil 900 y 2 mil personas han sido secuestradas en Haití, situación que mantiene preocupadas a la policía y a la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización para Haití (MINUSTAH).
“La situación de la inseguridad es muy grave, se dice que estamos seguros pero no es así la población está desprotegida”, dijo un ministro religioso, que dijo estar atemorizado por la violencia que hay sin que nadie la controle.
El negocio del secuestro se ha extendido en la capital haitiana, donde sus habitantes pueden ser presa de un gran susto o pueden perder la vida si es víctima de un plagio si no tiene con que pagar a los secuestradores, aseguró un portavoz de una organización defensora de los derechos humanos.
A tres días para la celebración de estas elecciones, que de noviembre de 2005 a la fecha se han pospuesto cuatro veces por cuestiones técnicas, autoridades provisionales del país temen pueda registrarse un boicot o ataques de grupos rebeldes para impedir que este país tome rumbo hacia una democracia.
(Con información de Human Right Watch, Amnistía Internacional y portal de las Naciones Unidas)
Comicios en cifras
Elecciones: Presidencial y legislativa
Fecha: 7 de febrero de 2006 (fueron pospuestas cuatro veces)
Aspirantes: 34 a la presidencia y mil 300 personas se postulan para 130 escaños en ambas cámaras del Parlamento.
Costo de las elecciones: Más de 100 millones de dólares.
Electores: 4.5 millones convocados
Personal en mesas electorales: 40 mil
Mesas electorales: 9 mil 126
Países que financiaron los comicios: ONU, UE, Canadá y EU
Duración de campaña electoral: 5 meses
Seguridad: Vigilaran 7,500 cascos azules, 1,987 policías internacionales de la ONU y 1,213 policías haitianos
Observadores internacionales: 500
Periodistas acreditados: 600
Contrabando de drogas, el sustento
La situación económica de Haití empeoró en los últimos años. Queda muy poco de la economía formal, con las exportaciones tradicionales de café, ron y otros productos agrícolas reducidas casi a cero. El turismo, que fue muy popular en la década de 1970, se esfumó por completo. La única fuente de ingresos que crece es el tráfico de drogas: Haití es un puente ideal entre América Latina y Estados Unidos. La esperanza de vida en Haití ha bajado hasta los 49 años a causa del sida y de otras crisis sanitarias.
El desempleo en el campo ha obligado a miles de haitianos a dejar la agricultura para vivir hacinados en la capital, Puerto Príncipe, u otras ciudades. En Haití el 52 por ciento de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza. De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 3.8 millones de haitianos sufren hambre, en un país de más de ocho millones de habitantes. Y decenas de haitianos siguen tratando de escaparse del país al día en frágiles embarcaciones hacia los Estados Unidos, donde a diferencia de los cubanos, son devueltos sin contemplaciones.