SANTIAGO.- Evidentemente que los amigos de lo ajeno están dispuestos a cualquier cosa (incluso arriesgarse a ser descubiertos en sus fechorías) con tal de lograr sus objetivos.
Aparentemente esto fue lo que ocurrió la noche del domingo, cuando desconocidos violentaron una de las ventanas de las oficinas locales de la subsecretaría de Salud Pública, sin importarles que cuente con permanente vigilancia policial, además de que se encuentra en el segundo nivel de un edificio.
Del lugar se llevaron un fax, un teléfono, un televisor y otros artículos eléctricos, labor que desarrollaron al mismo tiempo en que desparramaban por el piso documentos y otras propiedades.
La doctora Nancy Betances, sub-secretaria de Salud Pública y encargada de dicha oficina, dijo que le llama la atención la aparente facilidad que tuvieron los ladrones, quienes ingresaron a esas instalaciones tras romper una ventana de cristal.
Si bien es cierto que el monto económico de lo sustraído, así como los daños provocados a las oficinas y su mobiliario no es relevante, lo que llama la atención es que la vigilancia policial no se percatara de que, en sus propias narices, se cometía esa tropelía, sin que ellos se enteraran.
Con tinta azul que hallaron en las oficinas, dañaron un cuadro al escribirle varios nombres, entre ellos “Pablo” y “Jorge”.
La doctora Betances no encuentra explicación a la facilidad con que operaron esos cacos “especialmente porque contamos con vigilancia policial las 24 horas, por lo que se está averiguando si la custodia dejó a propósito que se produjera el robo o si fue producto de un descuido”.
Mientras tanto, la Policía Nacional dijo esta mañana que anda tras la captura de elementos desconocidos, a fin de someterlos a la justicia por los hechos cometidos.