SANTIAGO.- Las pugnas dentro del Partido Revolucionario Dominicano, por la candidatura senatorial por esta provincia están en su punto más álgido, hasta el extremo que Héctor (Papín) Domínguez, uno de los aspirantes, definió hoy como “un cuerpo extraño” dentro de esa organización, a su contrincante José Rafael Abinader. Y más aún, Papín Domínguez alegó no sólo que Abinader es rechazado en sus pretensiones por casi todos los organismos y dirigentes del PRD en esta demarcación, sino que él cuenta con el concurso de prácticamente todos los perredeístas locales.
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La embestida verbal del ex candidato a síndico del partido blanco en este municipio se produce a escasas horas de que el Presidium del PRD se reúna en la ciudad capital y, entre otras cosas, seleccione la persona que irá como candidato a senador por esta provincia, como parte de la “Alianza Rosada”.
El encuentro está pautado para hoy y los integrantes del más importante órgano de dirección del Partido Revolucionario Dominicano habrán de escoger entre Papín Domínguez y José Rafael Abinader.
Para justificar su expresión de que Abinader es “un cuerpo extraño” dentro del PRD en esta provincia, Domínguez argumentó que él hace años que no vive en esta ciudad “y que siquiera es miembro de nuestro partido en esta demarcación”. Abinader ostenta la categoría de vicepresidente nacional de esa organización política.
En los últimos días, Papín Domínguez lleva a cabo una campaña, tanto pública como privada, a fin de convencer a la dirigencia del PRD de que debe ser el aspirante a senador, especialmente porque sacrificó su candidatura a síndico y porque, según su criterio, cuenta con un abrumador respaldo a lo interno de esa institución.
A toda esta sarta de acusaciones en su contra, Abinader aparentemente ha preferido responder con el silencio, actitud que combina con las diligencias que hace dentro del PRD, para lograr ser nominado a la candidatura senatorial por esta provincia.
Se recuerda que Abinader fue senador en el período 1998-2002, al lograr una proeza poco común en los anales electorales de candidaturas de ese género. Tres meses antes de esas elecciones, todas las encuestas le daban un anímico siete por ciento, mientras que su contrincante, el peledeísta Julián Serulle, bordeaba el 70 por ciento de la intención del voto.
Sin embargo, un trabajo político bien orquestado por parte de Abinader y su equipo de campaña, terminó produciendo un giro tan dramático en la percepción de los sufragantes que, a la hora de contar los votos, el candidato del PRD ganó abrumadoramente la candidatura.