Es altamente doloroso escribirlo y admitirlo como una verdad, dentro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se cuecen acuerdos, y se planean actuaciones, que no son precisamente por las que las bases de ese partido aprobó nuevo estatutos, re-novó toda su dirección.
Cuando cierto sector del PRD habla de que no anda en ciertas cosas es por que anda y está metido hasta la cintura, solamente debemos mirar a los promesas antireeleccionistas del líder de ese grupo.
Otros más callados, pero no menos peligrosos, juegan a salir como los únicos que pueden salvar al partido a la hora de que llegue el momento de las grandes definiciones.
Lamentablemente el viejo liderazgo del PRD corrió la misma suerte, ante el país y ante las bases que corrieran los que ahora hablan de retroceso.
Más que retroceso seria una grosera forma de llevar a un partido, todavía poderoso y con grandes posibilidades, a alejarse del poder por tiempo indefinido.
Las promesas, a las bases y al país de una alianza basada en una agenda nacional, y con una clara visión no aparecen todavía ni siquiera mencionadas luego de las negociaciones con los Reformistas, es un reparto de cargo, incluso entre familiares de ambos partidos
Las bases del PRD han dicho que quieren que sea Miguel Vargas Maldonado el candidato, y yo no lo creí hasta que tuve ocasión de oír y hablar con esas bases, que entienden que solamente ese candidato puede ponerle freno a las desmedidas apetencias de los que agrupados quieren pintarse como los que han de desbaratar el grupismo.
Aquellos que con caritas de inocentes, están haciendo un juego que no era el que esperaban las bases.
Tampoco el país, el reparto de cargos, y de cuartos, es peligroso, porque ya nadie en el PRD cree absolutamente nada de lo que viene de ciertos sectores que en el pasa-do llevaron al PRD a su más vergonzante derrota, y a un atolladero del que no parece va a salir por las mismas ambiciones.
El pueblo y las bases serán en definitiva los que han de hablar, y ya casi, a partir del l6 de mayo próximo